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El burrito del pesebre

El burrito del pesebre
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24 de diciembre de 2020 - 13:30 - Lautaro Andrade

Desde que tengo uso de razón, mi casa cada año se transforma en un hogar navideño. Jamás han faltado un árbol repleto de bombillos y adornos, luces de colores, decorados rojos y blancos, menaje de Navidad y Papá Noeles por doquier. Sin embargo, siempre hubo algo que captó particularmente mi atención: El pesebre.

El Nacimiento es, para los creyentes, la representación simbólica del parto de María en un humilde establo de Belén, luego de huir de la ley del Rey Herodes de matar a todos los niños menores de dos años. Sobre una cama de heno nació Jesús de Nazareth, acompañado tan solo por sus padres y rodeado de animales de granja.

Un acontecimiento tan relevante en la historia de occidente no faltará nunca en los hogares de las familias católica/cristianas. Ese homenaje a quien consideran es su salvador hace irrelevante que el pesebre sea grande, colorido, de cristal, de plástico, simple o con minuciosos detalles. No importa. Eso sí, solo estará completo siempre y cuando aparezca el Niño Jesús, la Virgen María, San José y el burro.

¿Por qué un burro? Llama la atención, pero realmente es un personaje muy importante, y a veces subestimado, dentro de la religión. Un día, cuando era niño, mi padre me dijo que no habría pesebre sin un borrico. Pensé que era una broma hasta que su argumento cobró sentido y me convenció.

“¿Cómo crees que llegaron María y José a Belén? En esa época no había carros ni aviones”, me explicó. “Cabalgaron en un burro”, sentenció. Es muy cierto, sin ese animal habría sido imposible trasladarse por la provincia romana de Judea.

Burro es un sinónimo con carga negativa. A la gente torpe, boba o despistada (por decir lo más suave) se las denomina así. Entonces, considerar de vital importancia a este cuadrúpedo en el pesebre puede sentirse como absurdo. Y no debe ser así.

El burro fue el único medio para recorrer 130 kilómetros de Nazareth a Belén, el burro soportó sobre su lomo a María y José por la montañosa región de Samaria, el burro es el animal que hizo posible el nacimiento de Jesús.

La canción ‘El Burrito Sabanero’ lo apunta de gran manera, pues funge como una de las mejores referencias para comprender el viaje emprendido por los padres del Mesías a su destino profético.

Me dirán que tampoco me olvide del buey, dado que, efectivamente, en el establo tuvo que haber algún becerro. Su rol fue crear ese entorno completamente distinto a lo que se esperaría del nacimiento del denominado ‘hijo de Dios’.

Toda mi vida me he fijado en los pesebres por esa razón. Si en alguno no hay pastorcillos, reyes magos o ángeles, se entiende, pero que el burro no falte jamás. (O)

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