Los errores han danzado esta semana al compás de la falta de rigor periodístico y se han deslizado entre las publicaciones del impreso y de la web.

Por ello recibimos observaciones internas y externas sobre las imprecisiones en los títulos y textos, que le han impedido a los lectores tener un producto de calidad y claridad, limpio y diáfano.

El lunes, en la página digital se publicó la nota titulada: ‘En 2018 se invertirán más de $ 600 en la reconstrucción’. En primer lugar, no especifica a qué reconstrucción se refiere, solo leyendo la nota se sabe que se trata de Manabí y Esmeraldas, afectadas por el terremoto de abril de 2016.

Pero lo más grave fue lo inexacto de la cifra: habla de una inversión de $ 600 que hará el Gobierno, pero en el texto indica que son $ 600 millones, o sea, $ 599’.999.400 más con respecto a lo que desinforma el titular.

El domingo, también en la web, en dos notas (una junto a la otra), se utilizaron titulares con palabras similares (vencer), pero una de ellas en pasado y otra en presente: ‘Nadal venció a Nishikori y ganó en Montecarlo por undécima vez’ y ‘Liga-Q vence a Macará y sigue en segundo puesto’. ¿No hay sinónimos? ¿Por qué no se unificaron los tiempos verbales?

En el impreso, en cambio, en la página 9 del lunes, en la columna del experto Javier Bustos A. titulada ‘Ecuador, país de alta cultura tributaria’, se publicó una foto que no corresponde al autor del artículo. En la Redacción, quien acopló la foto con el texto tenía la obligación de verificar que sea la exacta, pero no lo hizo y el lector recibió información gráfica falsa.

Otra imprecisión, en la página 10 del mismo lunes, en la nota titulada: ‘El cierre en la avenida América seguirá por 2 o 3 meses más’, en el lead (que en el periodismo se refiere a la entrada que sigue al titular y que contiene en pocas líneas los elementos más relevantes de la noticia), se confunde al lector al indicar: “los cierres viales en las avenidas América y Eloy Alfaro (en el norte de Quito), por la construcción del Metro continuarán dos o tres meses más...”.

Quienes conocen Quito, con justa razón hicieron notar que jamás confluyen esas importantes arterias viales, salvo en el imaginario del periodista o del corrector que redactaron o revisaron el texto. (O)

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