Quienes fuimos educados hace 60 años con doble jornada escolar, en la mañana de 7:30 a 12:30 y de 14:30 a 16:00, y teníamos deberes y lecciones que cumplir en nuestros hogares, gozamos ahora de una muy buena y sólida educación y formación.
Es aventurado y novelesco decir ahora que las tareas provoquen estrés y perjudiquen al alumno. Al contrario, las tareas en casa, además de involucrar a los padres en la formación de sus hijos, afianzan en el niño y en el adolescente su percepción de responsabilidad, de cumplimiento y, además, de satisfacción por el deber cumplido.
Es necesario que se mantengan como antes las tareas en casa, pues los deberes y lecciones, así como la disciplina, no pasan de moda. (O)
Atentamente
Jorge Nazri Adum Bravo
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