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El Telégrafo
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Especial

Febres-Cordero sirvió como trampolín para Bucaram

EL TELÉGRAFO, 1996.  El 10 de agosto de 1996, Fabián Alarcón ciñe la banda presidencial a Abdalá Bucaram Ortiz.
EL TELÉGRAFO, 1996. El 10 de agosto de 1996, Fabián Alarcón ciñe la banda presidencial a Abdalá Bucaram Ortiz.
Foto: Archivo / El Telégrafo
14 de noviembre de 2016 - 00:00 - Redacción Política

Según los medios de comunicación, Abdalá Bucaram no significaba una amenaza y las encuestadoras de la época tampoco le auguraban ningún éxito electoral. Pero el 19 de mayo de 1996 la sorpresa fue tal que obtuvo el 26,28% de los votos, un punto menos que el socialcristiano Jaime Nebot, que alcanzó el 27,17%.

Con esas cifras, Bucaram se instaló en la segunda vuelta. El 7 de julio resultó vencedor con el 54,3% de los votos, frente al 45,53% de Nebot. Hace dos décadas, 6’662.003 ciudadanos ecuatorianos estuvieron inscritos para las elecciones.

León Febres-Cordero fue el eterno y duro opositor de Bucaram. El roldosista lo acusaba de haberle puesto droga y de ordenar que lo torturaran. Pero la presencia del expresidente no perjudicó tanto a Abdalá Bucaram como lo hizo a su representante, Jaime Nebot. Al finalizar la primera vuelta electoral, León Febres-Cordero declaró públicamente: “El lumpen, prostitutas, marihuaneros y ladrones votaron por Bucaram”. Esas palabras solo favorecieron al ‘Loco que ama’, quien las utilizó en su campaña.

Al llegar al poder, Bucaram daba de qué hablar todos los días: cuando no cantaba o bailaba, jugaba fútbol o efectuaba alguna extravagancia. Por ello, los periodistas pasaban largas jornadas en los exteriores del domicilio del Presidente, en Guayaquil, para seguirlo y publicar sus actos, que no eran los acostumbrados por un gobernante.

De repente salía a comer guatita en el centro de la ciudad.

En videos publicados, Bucaram Ortiz afirma que en la Presidencia se dedicó a ser él. Para uno de sus oponentes políticos en 1996, Jacinto Velázquez, quien también fue candidato en esa época, “Abdalá no es el hombre que todos piensan. No fuma, no bebe alcohol y, al contrario de lo que todos creen, es extremadamente culto, pero él decidió hacer su figura pública como todos lo conocemos”.

En su discurso de posesión, Bucaram propuso que los jueces y notarios se eligieran a través de concursos públicos. También criticó al Congreso y su forma de legislar.

Planteó crear un banco para el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y denunció la existencia de más de 365 instituciones financieras, de las cuales muchas serían de papel. La crisis de 1999 de algún modo le dio la razón. (I)

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El hecho relevante

Convertibilidad, la fallida idea de Domingo Cavallo que Abdalá pretendió imponer en Ecuador

La convertibilidad monetaria no fue una propuesta de campaña, pero sí una de las medidas económicas que Bucaram quiso implementar a los pocos meses de Gobierno. En noviembre de 1996, en el país se discutió intensamente esta idea, aunque no había sido presentada de forma oficial.

Consistía en que 4.000 sucres (moneda vigente en Ecuador en la época) sería el equivalente a $ 1. Se trataba de una réplica del modelo argentino. La idea original provenía del asesor económico que tenía Bucaram, el argentino Domingo Cavallo, exministro de Economía de Carlos Menem.

Según Cavallo, la convertibilidad permitiría una estabilidad de precios y una reducción de las tasas de interés, algo que se volvía urgente en ese momento en el país. En Argentina la convertibilidad se impulsó en 1991 bajo la presidencia de Menem y el propio Cavallo manejó el proyecto.

Solo 2 meses de relativa estabilidad tuvo Bucaram, puesto que para noviembre de 1996 ya había marchas en contra de las medidas económicas.

Las críticas que publicaba la prensa, que recogía las versiones de los políticos opositores, no eran por el modelo que se planteaba, sino porque provenía de Bucaram. El propio ministro de Finanzas del roldosismo, Pablo Concha, advertía que sería una medida muy compleja. El principal temor era el incremento de los precios de los servicios básicos, que afectaría a los sectores más pobres.

Según Rosalía Arteaga, vicepresidenta de Abdalá Bucaram Ortíz, el incremento en el precio del cilindro de gas de uso doméstico fue una de las causas para distanciarse de su binomio. Costaba 2.900 sucres y, por decreto, subió a 10.000, lo que -entre otras cosas- ocasionó la caída del Gobierno.

En un informe del Banco Central de Ecuador se evidenció que los productos con precios controlados mostraron un brusco salto en enero, debido al incremento en las tarifas telefónicas de diciembre de 1996 y al efecto especulativo ocasionado por el anuncio de las medidas económicas que contemplaban la eliminación del subsidio al gas y elevación de las tarifas eléctricas. Como resultado, el aumento de los precios de este rubro, en enero de 1997, fue de 27 puntos porcentuales.  

La misma presentación informaba que el costo de la gasolina subió 10% a enero de 1997, pero fue congelado al mes siguiente. El sucre se depreciaba en forma acelerada. (I)

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