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El Telégrafo
Oswaldo Ávila Figueroa, ex docente universitario

Moreno por el bienestar de todos; Lasso, audaz provocador

11 de marzo de 2017 - 00:00

Periodistas obsesionados, candidatos de la oposición derrotados, residuos de la partidocracia, traidores y seudoizquierdistas sin rumbo; unos, agazapados; otros, impúdicamente han desatado con odio y desesperación la última guerra electoral, en vergonzosos pactos y alianzas indecorosas, todo por vencer al binomio de Alianza PAIS y sus aliados, Lenín Moreno-Jorge Glas con el fútil argumento: frenar el continuismo y poner fin al “correísmo” y se olvidan de que la Revolución Ciudadana es un proceso que avanza indetenible, hasta terminar la construcción del nuevo país, libre de los explotadores, incluido el representante y presidenciable de la bancocracia, G. Lasso, hoy convertido en provocador y bravucón, como dócil alumno de los maestros socialcristianos.

No es novedad, ni noticia, la posición adoptada de la prensa comercial en la actual contienda electoral, sí, siempre, ha laborado aliada a la derecha retrógrada y cogida  de la mano de los gobiernos atracadores neoliberales; a diferencia de que hoy, por miedo a perder el escaso poder que todavía mantiene, ofrece espacio gratuito a politicastros, a personas que fingen de dirigentes, a vulgares insultadores y otros, casi borrados del escenario partidista, pero eso sí muy hábiles en agredir al régimen del Buen Vivir y principalmente al binomio Lenín–Jorge que se apuntala con su “plan para toda la vida”, a ratificar su victoria, en la segunda vuelta y asegurar los postulados del socialismo del siglo, XXI, mejorar las condiciones de vida de los olvidados, crear plazas de empleo, fortalecer la soberanía, afianzar la seguridad y continuar, incansable, en el proceso de cambio.

El candidato de CREO, única opción de la derecha por volver al pasado o a la era de la rapiña, ahora ya es bravucón, grita, amenaza y como se considera máximo líder de la oposición, artífice del feriado bancario y destacado miembro del Opus Dei, ya no necesita formular llamados para fortalecer sus filas; por sí solas, llegan las ofertas de apoyo, los mismos de siempre, ávidos de pescar algo, en el supuesto caso de llegar a Carondelet. Qué aporte le puede ofrecer el exmilitar que al poco tiempo de haber ascendido al poder, pactó con los partidos que lo combatieron y que al final lo derrocaron por su alto grado de corrupción y nepotismo, hoy ni siquiera pudo alcanzar su anhelado puesto en la Asamblea y para justificar su derrota, habla de fraude, sin pruebas, en el colmo de su locura.

El heredero del PRE, hoy Fuerza Ecuador, también ofrece su contingente de cuatro gatos y con gritos que solo escucha la prensa derechista, se adhiere al banquero. El expresidenciable de la resucitada ID, héroe del Cenepa, exjefe del Comando Conjunto en el gobierno del PRE, teme revelar su línea, pero en el fondo se inclina por el banquero, que le ofrece el Ministerio de Defensa.

En nuestro  medio, rigen dos funciones definidas. La derecha, actualmente representada por el aspirante Lasso, llamado y obligado a proteger los intereses de la oligarquía y retornar al sistema explotador neoliberal. Allí se filtran los socialcristianos en primera fila, falsos izquierdistas, los traidores, periodistas frustrados, ambiciosos, exbanqueros vinculados con el capital extranjero con el apoyo de todo el poder económico nacional y el control del imperio.

En el sector de la izquierda, representada por el binomio Lenín–Jorge, se alinean estudiantes, trabajadores, indígenas, intelectuales, mujeres, periodistas, comprometidos en la lucha por el cambio para terminar con el acaparamiento de la riqueza en pocas manos y en avanzar más en la obra social del régimen del Buen Vivir en salud, educación, vivienda y en el sector hidroeléctrico, que  cuenta con el reconocimiento continental. (O)

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