La española Sandra Carrasco pasó una semana en Manabí. En ese tiempo hizo caso a las recomendaciones de personas que había conocido en Manta y viajó hasta Puerto López para ver, por primera vez en su vida, ballenas jorobadas.

Su estadía en la ciudad puerto le significó también estrenarse en una playa del océano Pacífico. “El agua es más calientita acá”, expresó esta actriz teatral y circense.

El hecho de que las aguas de esta zona sean cálidas (superiores a los 20 °C centígrados), hace que haya un escenario perfecto para el apareamiento de las ballenas que viajan a la zona ecuatorial desde la Antártida, en un recorrido de 8 mil kilómetros.

Carrasco comentó: “Las pude ver muy de cerca (a las ballenas, es un espectáculo único en mi vida y del que los ecuatorianos gozan todos los años”.

Otro español que estuvo de visita en Manabí fue Antonio Moreno, director teatral. Él no viajó hasta Puerto López para ver ballenas. Lo hizo desde Las Piñas (Manta), mientras almorzaba en un restaurante al pie del mar. “Esos saltos son un espectáculo”.

El avistamiento de ballenas es una actividad ecoturística sustentable de gran importancia para la zona sur de Manabí, especialmente Puerto López. De julio a septiembre (duración de la temporada), 17.258 turistas nacionales y extranjeros llegaron al Parque Nacional Machalilla para este espectáculo natural. El tour en lancha hasta la zona donde se ven las ballenas (a 40 minutos del puerto) tiene un costo de $ 25, lo que generó un ingreso para el sector turístico de $ 430 mil, además de los gastos que las personas hacían en comida y compra de recuerdos.

Aparte del apareamiento, las costas manabitas son ideales para el nacimiento de los ballenatos, en especial porque las crías pueden adaptarse al océano sin la presencia de sus depredadores naturales, tiburones blancos y las ballenas orca.

Vicente Zavala, coordinador zonal 4 del Ministerio del Ambiente (MAE), señala que el número de visitantes corresponde a los recorridos costeros que se realizan durante la temporada en Puerto López, la Isla Salango, la Reserva Marina Cantagallo-Machalilla y en el trayecto hacia la isla de La Plata.

Durante 2015, 25 mil turistas visitaron la costa manabita para el avistamiento. El funcionario destacó que el MAE mantiene un estricto control para evitar perturbaciones a los cetáceos y para hacer cumplir la normativa ambiental.

Pese a estos controles, hay embarcaciones que incumplen con las reglamentaciones, en especial con el no acercarse mucho a las ballenas. Son los visitantes quienes notifican a los guías sobre la desobediencia de las normativas, expresó Rubén Alemán, técnico de biodiversidad.

En los casos en los cuales se ha detectado a operadoras turísticas que incumplen la normativa establecida en el Reglamento Nacional de Observación de Ballenas y Delfines en el Mar Territorial del Ecuador, el MAE aplica multas que van de 3 a 10 salarios mínimos vitales (entre $ 1.098 y $3.660), así como la suspensión temporal de la patente. La suspensión es definitiva para los reincidentes.

Alemán explicó que el resultado de que las embarcaciones se acerquen mucho es que “las ballenas se pueden estresar. Además, se sienten amenazadas cuando hay muchos barcos. Esto podría repercutir en que a futuro vengan menos ballenas”.

Las autoridades estiman que anualmente, más de 2 mil ballenas jorobadas llegan por la costa ecuatoriana para la temporada. En Puerto López todavía se puede ver cetáceos. Alemán indica que esto será hasta las próximas 2 semanas, cuando ya esta especie abandone la zona ecuatorial.

El especialista ambiental indicó que en la zona de Machalilla no se vararon ballenas. Destacó que técnicos del MAE rescataron 5 animales de redes de pesca. (I)