Manta.-

San Mateo, un pueblo de pescadores ubicado en el suroeste de Manta, tendrá su primer sistema de alcantarillado sanitario. El pasado 20 de septiembre, en el marco de la ceremonia de las fiestas por los 35 años de parroquialización, el alcalde Jorge Zambrano puso la primera piedra de la obra. Los trabajos se iniciaron ayer y tendrán un costo de $ 2’300.000.

Glen Flores es el contratista y aseguró que el plazo para terminar la obra es de 12 meses. “El sistema está diseñado para dar servicio a 1.500 habitantes, aunque San Mateo en la actualidad tiene una población de 5.200 personas”.

La obra contempla el tendido de 9.000 metros lineales de tubería, entre redes primarias, secundarias y terciarias. “Las aguas residuales por gravedad llegarán a un colector en la parte baja del poblado y desde ahí serán impulsadas hacia la zona alta con la ayuda de dos bombas.

Posteriormente el líquido será bombeado hacia el sitio Home, zona alta de la parroquia, donde se encuentra una piscina para su tratamiento. Después  esas aguas procesadas podrán ser reutilizadas para el riego de canchas de césped y áreas verdes de la misma población”, comentó el alcalde de Manta, Jorge Zambrano.

Desde ayer hasta fines de diciembre del presente año se concretará un primer desembolso de $ 336.000, los cuales son recursos propios del Municipio mantense. “Para los primeros nueve meses de 2018 se complementará el proyecto y se busca financiamiento”.

Sara Delgado, funcionaria del Departamento de Planeamiento Urbano del cabildo. Entre los datos técnicos de la obra el contratista Flores informó que se construirán 361 pozos-revisión y 1.000 cajetines de recepción domiciliaria.

Los vecinos de San Mateo no creen que la obra esté en marcha. Eduardo Pico vive en la parte baja del poblado y cuenta que hace más de 10 años dotaron a la parroquia de agua potable y “todo fue una fiesta, ahora llega la obra que tratará las aguas negras, que en la actualidad las enviamos a pozos sépticos”.

El morador Alberto Molina está consciente de lo que representa vivir con las aguas negras que fluyen por las calles del poblado. “Todos los días, se rebosan los pozos y el agua simplemente sale por los patios de las casas hacia la calle y desde ahí fluye a las zonas bajas hasta llegar a la playa”.

Al estar San Mateo ubicado en las estribaciones de una zona de acantilados, ese accidente geográfico  facilitará  el trabajo de la conducción de las aguas servidas, asegura Sara Delgado.

El líquido simplemente fluirá hacia la parte baja. Una de las 2 bombas de impulsión llevará las aguas negras a lo más alto  en donde serán tratadas a espacio abierto.

El aprovechamiento de las aguas libres de residuos y oxigenadas será en beneficio de San Mateo y Manta. Lo que sobre después del procesamiento y riego en el enclave marino  será llevado en tanqueros a Manta, detalló la funcionaria. Trabajar en zonas áridas es otro de los objetivos sugeridos por el alcalde Zambrano.

En Manta la experiencia de riego de canchas de césped se registra desde hace 15 años. Un ejemplo de ello se da en el gramado del colegio Cinco de Junio, ubicado en la Avenida de la Cultura.

Una parte de las aguas residuales de la red pública es deriva hacia un sistema de biodigestores (pozos sépticos grandes), donde se filtran los sólidos y únicamente se permite la conducción del líquido que luego pasa por un filtro de carbón y el agua libre de sólidos es reutilizada.

Por lo que la propuesta del burgomaestre Jorge Zambrano de regar los sectores áridos toma forma, especialmente se analizan los costos del transporte del líquido. (I)