Bienal de Cuenca ejecutó 80% del Foncultura
En el día de la inauguración de la XIII Bienal de Cuenca se definieron los detalles faltantes del montaje de las obras. Los jurados iniciaron su recorrido pasadas las 09:00 para ver 30 trabajos pendientes. Los espacios se abrieron al público a las 15:00 del mismo día, hora en la que estaría todo listo.
La noche anterior, el jurado -conformado por Lupe Álvarez, docente cubana y residente en Ecuador; el francés Bernard Mercadé y el brasileño Gaudencio Fidelis- definió una estrategia de premiación. “Queremos tener una visión detallada, considerando la generación de cada participante y su trayectoria. Estamos viendo la obra de cada artista, pero intentando entender lo que significa en todo el contexto de su trabajo para tomar una decisión correcta”, dijo Fidelis.
Para Cristóbal Zapata, director ejecutivo de la Fundación Bienal de Cuenca, el principal ‘tormento’ para los atrasos fue el traspaso del préstamo no reembolsable del Foncultura, a través del Banco de Desarrollo de Ecuador (BEDE). Los $ 200.000 que entregó el Foncultura fue uno de los principales valores para la labor de montaje. El 20% de dicho fondo se ejecutará en diciembre para el programa educativo de la Bienal.
“Mientras se hacía ese traspaso -según Zapata- los $ 100.000 que entregó el programa Unasur para financiar 12 trabajos en el espacio público sirvieron como colchón y pudimos arreglárnosla sobre la marcha”. El presupuesto total de la bienal llegó a $ 1’500.000 durante los dos años de organización, de acuerdo a Gabriela Sánchez, quien trabaja en la logística.
El préstamo al Foncultura se hizo a finales de mayo de este año y el desembolso del BEDE al Municipio de Cuenca, entidad que ejecuta el presupuesto, se concretó el 15 de septiembre. Dadas estas condiciones se cambió la fecha de inauguración de la Bienal, programada inicialmente para el 21 de octubre, período que inició el trámite de adjudicaciones. Este proceso se cerró la semana del 15 de noviembre, 10 días antes de que empezara el encuentro. “Del 15 al 20 de noviembre, todos los proveedores cumplieron a presión”, manifestó Sánchez.
En el mismo período, el chileno Cristian Gallegos, curador pedagógico de la bienal, una de las banderas que tuvo este año la organización, presentó su renuncia “por la falta de garantías para un buen trabajo y el precario proceso administrativo llevado por parte de la dirección ejecutiva de la fundación”, detalló en una carta pública. El curador alegó que tras presentar el cronograma de ‘El tiempo no es más fuerte’, el pasado mayo, la dirección ejecutiva pidió cambios de fechas en charlas, seminarios y una residencia, lo que en algunos casos imposibilitó su realización por falta de presupuesto.
De acuerdo a Zapata, el programa educativo continuará con la residencia prevista. De ella se volverán a revisar las postulaciones recibidas, para un trabajo con las comunidades alrededor del Museo Pumapungo y del Museo Municipal de Arte Moderno.
Cristóbal Zapata resaltó que, cuando se produjo la renuncia de Cristian Gallegos, gran parte del trabajo de preparación de estudiantes como mediadores se había terminado, por lo que continuarán hasta febrero del próximo año, cuando cierre la bienal, con las herramientas necesarias.
Hasta enero de 2017 se entregará, como un valor simbólico, $ 500 a varios artistas que no recibieron auspicio por parte de la Unasur, que fue el único organismo que financió la elaboración e investigación de 12 obras que se hicieron in situ. Otros 12 artistas de los 47 que conforman la curaduría de Dan Cameron no llegaron a la Bienal por complicaciones con sus viajes, tras el cambio de fecha. (I)
