Los usuarios de las unidades y los choferes profesionales aún consideran que quedan muchos asuntos pendientes para que el servicio de transporte urbano sea de óptima calidad. El alza de la tarifa a $ 0,30 cumple un mes de vigencia.

En los buses todavía se percibe el irrespeto al pasaje diferenciado ($0,15) para estudiantes, personas con discapacidad y de la tercera edad. Rubén Cervantes, por ejemplo, diariamente lleva a su hijo desde su casa en el Barrio del Seguro hasta un colegio del centro.

De cada 10 abordajes, asegura, en 6 ocasiones los choferes optan por cobrarle $ 0,60 cuando debería ser solo $ 0,45.

A esto se suma, que en ocasiones las unidades presentan fallas en ventanas, puertas e iluminación. En un micro de la línea 135 “me tocó esquivar unos focos que iban sin protección”.

También existe el problema de déficit de unidades en sectores del norte y sur de la ciudad. Según datos de la Autoridad de Tránsito Municipal, faltan aún 400 carros para completar la cantidad que requiere la urbe (2.600).

El dirigente transportista Ricardo Onofre considera que la nueva tarifa aún resulta insuficiente para reponer la inversión que realizó el gremio. “Muchos compañeros decidieron vender sus unidades al no tener cómo cumplir con los requisitos”.

Por ejemplo, Onofre invirtió en unidades alimentadoras de la Metrovía hace casi 6 años pero no ha podido obtener el interés prometido. “Habrá que ver si con el nuevo pasaje se recupera”.

Para este mes, la ATM prevé el lanzamiento para concurso de las empresas que deseen hacerse cargo de la construcción y mantenimiento de 230 paraderos para el primer corredor de buses. (I)