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El Telégrafo
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La narración se ha transmitido de padres a hijos por siglos, y es considerada sagrada por etnias de la sierra central

Una ancestral y titánica disputa amorosa dio forma a la topografía de 3 provincias

El volcán Tungurahua es el mayor encanto natural del cantón Baños de Agua Santa, pese a estar activo desde hace más de 16 años. Según la cosmovisión andina, pertenece al género femenino.
El volcán Tungurahua es el mayor encanto natural del cantón Baños de Agua Santa, pese a estar activo desde hace más de 16 años. Según la cosmovisión andina, pertenece al género femenino.
Foto: Roberto Chávez / EL TELÉGRAFO
26 de agosto de 2017 - 00:00 - Carlos Novoa

Ambato.-

Pese a ser vecinas y tener similitudes lingüísticas, gastronómicas y culturales, la topografía de las provincias Tungurahua, Cotopaxi y Chimborazo es tan multidiversa como caprichosa.

Extensas planicies, valles cobijados por enormes nevados, volcanes activos y extintos, enormes cañones, entre otros accidentes geográficos, distinguen a la Sierra central, la cual además se asienta sobre varias fallas geológicas.

Esta irregularidad y multiplicidad del suelo, además de ser aprovechadas para la agricultura, ganadería, distribución del recurso hídrico y turismo, es la muestra fehaciente del historial volcánico de la región.

De hecho, las tres provincias reciben el nombre de los volcanes: Tungurahua, Cotopaxi y Chimborazo, los cuales se encuentran en pleno centro de estas jurisdicciones.

Según el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, el estado de los tres colosos es en erupción, activo y potencialmente activo, en ese orden.

Sin duda, el mayor ejemplo de aprovechamiento de la actividad volcánica para el turismo en el país es el cantón Baños, en la provincia de Tungurahua. Allí el volcán homónimo, a pesar de llevar más de 16 años en proceso de erupción, es un verdadero ‘imán’ de turistas.

Y justamente este macizo de 5.023 metros de altura es el protagonista de una de las leyendas más conocidas y apreciadas en la cosmovisión ancestral andina. Según varios textos históricos, esta elevación en la cultura indígena pertenece al género femenino, y es vista como generadora de vida.

El volcán Cotopaxi es uno de los nevados más visitados de la región central. En el último feriado, 6.070 turistas llegaron a ese Parque Nacional. Foto: Roberto Chávez / EL TELÉGRAFO

Disputa entre dos ‘titanes’

De acuerdo con el atávico relato, que se ha mantenido hasta hoy gracias a la transmisión oral de padres a hijos, el conflicto surge entre los volcanes Chimborazo y el Cotopaxi, por conquistar el amor de la ‘doncella’ Tungurahua.

Luchando por merecer el corazón de la graciosa y a la vez temperamental montaña, ambos colosos libraron una batalla épica.

“En sus arranques de furia expulsaban vapor de agua, cenizas, rocas incandescentes y fuego, como métodos de intimidación, pero a la vez para impresionar a su amada”, explicó Pedro Reino, cronista oficial de Ambato e historiador reconocido del país.

Si bien esta es solo una leyenda, señala Reino, es considerada por las nacionalidades indígenas una narración casi sagrada en la que se detalla el origen del territorio y topografía de la Sierra central, “y hay que respetarla como tal”.

Fruto de los arrebatos celosos de los volcanes Chimborazo y Cotopaxi, que según el relato hace siglos eran mucho más grandes que en la actualidad, la expulsión de lava, rocas encendidas, agua hirviente y columnas de humo eran permanentes y modificaron el suelo de la región, que en un principio habría sido plana casi en su totalidad.

“Estos cambios drásticos de humor de ambos colosos durante el cortejo, produjeron fuertes sismos, lluvias torrenciales, vientos huracanados y cambio en el curso de ríos. Esto modificó progresivamente la geografía y características del suelo en las tres provincias, y además creó el ambiente para la vida animal, vegetal y humana que hoy tenemos”, asegura Francisco Miniguano, anciano salasaca, en el cantón Pelileo.

Al final la Tungurahua le entregó su corazón al Chimborazo, se casaron y tuvieron un hijo, el ‘guagua’ Pichincha. Esto sumió en una profunda tristeza al Cotopaxi. Según la historia, este despertará cuando sienta que su amor puede ser correspondido. (I)

El Arenal es uno de los puntos más idóneos para fotografiar y admirar al Chimborazo, que es el sitio más cercano al Sol con 6.263 metros de altura. Foto: Roberto Chávez / EL TELÉGRAFO

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El Carihuairazo y Altar también son legendarios

Otra de las leyendas andinas sobre las montañas sagradas de la Serranía es la que narra la historia de un amorío furtivo entre la ‘mama Tungurahua’, luego de su compromiso con el Chimborazo, y el Cotopaxi.

Tras un tiempo de romance entre la infiel y su amante, este último habría empezado a cortejar a la Iliniza menor, despertando los celos inmensurables de Tungurahua. En un arranque de furia esta atacó a su rival con lava, cenizas y bramidos inefables, lo cual le generó un daño irreparable.

“Según las leyendas ancestrales, esta es la razón de la irregularidad en la topografía y forma del cono del Iliniza menor, la cual se caracteriza por la existencia de decenas de picos multiformes y de varios tamaños”, destaca Vicente Caguana, historiador y docente del cantón Quero.

Según Caguana, el ataque de la Tungurahua habría causado un sismo sin precedentes, en cuyos efectos más notables destaca el hundimiento del volcán extinto Altar, ubicado en la provincia de Chimborazo.

Justamente cerca de esta elevación se encuentra el nevado Carihuairazo, del cual también existe una leyenda de amor. Se dice que tras la infidelidad de Tungurahua con el Cotopaxi, el Carihuairazo trató de conquistar a la Tungurahua, pero el esposo original de esta, el Chimborazo, ajustició al retador con un baño de lava y bramidos tan fuertes que generaron un fatídico cataclismo. Por tal razón se habría hundido el Carihuairazo en 1797. (I)

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