Los habitantes de diversos barrios y comunidades de la parroquia Panzaleo, en Cotopaxi, viven sobresaltados por causa de los robos y otros hechos de violencia que han sucedido en el último año.

Ese fue el caso de Dominga Pulluquilin (foto) que se encontraba en su domicilio de la comunidad Uliví en 2015. Acababa de llegar de la venta de frutas en el mercado.

Era de noche y se aprestaba a concluir el día en compañía de su anciano padre y su hermano que tiene una discapacidad física. De pronto oyeron ruidos. Varios extraños entraron a su casa. Dominga se resistió al robo a pesar de su edad. La golpearon, amarraron y asfixiaron.

Algo similar le ocurrió a inicios de 2016 a María Taipe, también oriunda de Uliví. Las denuncias fueron presentadas en la Fiscalía del cantón Salcedo. Los robos de ganado y de viviendas también tienen en alerta a la gente que, en su mayoría, vive de la agricultura, la ganadería y de pequeños emprendimientos.

Frente a esto, los vecinos de los sectores más afectados, como Pataín, Jacho, Tigualó, La Delicia y Uliví organizaron una marcha por la justicia y en contra de la impunidad. Se realizó el miércoles 21 de septiembre. Empezó  en el redondel de La Madre en dirección a la Fiscalía de Salcedo.

Cerca de 200 participantes pidieron a las autoridades que aceleraran las investigaciones. Gustavo Taipe, presidente de la Junta de Regentes de Pataín, dijo que los grupos al margen de la ley conocen de los hábitos de la gente de la zona y los ataques son continuos desde los últimos tres años.   

Entre tanto, Fernanda Cantos, presidenta del barrio Uliví, calificó la preocupación de sus coterráneos como una zozobra constante. “Queremos nuestra tranquilidad de siempre y la buena vecindad. Ahora dormimos con un ojo abierto”. (I)