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El fútbol gana terreno en un país de beisbolistas
Sin jugadores de renombre ni una liga reconocida ni estadios apropiados, el fútbol se abre paso con fuerza en una Nicaragua donde el béisbol ha sido históricamente dominante, pero que ha tenido que ceder espacio al balompié.
Este crecimiento es determinado por varios factores, como la influencia de la televisión que con más frecuencia transmite los juegos de la poderosa liga española y grandes eventos como los mundiales de fútbol, dijo a la AFP el secretario de la Federación local (Fenifut), Idelfonso Agurcia.
Pero también se debe al buen desempeño de una selección nacional que ha ido creciendo en calidad y que en 2015 saltó de los sótanos del ranking mundial de la FIFA 56 puestos, desde el 152 hasta el 96.
“Es como que uno ya viene con el fútbol en la sangre (...) aunque el trabajo no me deja hacerlo más seguido siempre que tengo tiempo me voy a jugar”, dijo Michael Peña, de 20 años, quien juega en una liga de fútbol sala del barrio San José Oriental, al este de la capital.
“Me gusta el fútbol pero solo cuando juega la selección con otros países”, manifestó Bosco García, un estudiante de secundaria seguidor del club español Barcelona. La pasión futbolera alcanzó a los nicaragüenses, pero hace falta una política de acercamiento de los equipos locales con el público.
Por ejemplo, “deberían organizarse barras para que haya más identificación con la gente”, opina el exfutbolista José María Bermúdez, quien fue seleccionado nacional y miembro de la Fenifut hace algunos años. Es innegable que los aficionados nicaragüenses conocen más de Lionel Messi, Cristiano Ronaldo o sus equipos Barcelona y Real Madrid, que de los clubes o jugadores locales, pero en general, ahora saben más de fútbol.
Entre la pasión y el marketing
El béisbol es herencia cultural de dos intervenciones militares de Estados Unidos a Nicaragua a inicios del siglo XX. Los soldados estadounidenses construyeron los campos de juego y enseñaron a los locales hasta que el béisbol se convirtió en el deporte nacional. Pero “yo pienso que ya hubo un desplazamiento importante de aficionados del béisbol hacia el fútbol”, consideró Bermúdez, aunque el béisbol siga siendo más promocionado. “Los llenos en el estadio para ver los juegos de la selección de fútbol en los últimos encuentros internacionales, hasta de 18.000 personas, son metas que ningún otro deporte ha logrado”, sostuvo el exfutbolista.
La pasión por el fútbol se vive más en ciudades como Estelí y Somoto (norte) y en Diriamba (sureste), pero comienza a revelarse en los barrios de Managua, donde los niños y jóvenes improvisan canchas para jugar en calles o patios.
Centenares de jóvenes de entre 15 a 25 años integran ligas de fútbol sala en los barrios con dos torneos cortos al año. De estas ligas han surgido jugadores para equipos de segunda y primera división y algunos son miembros de la Selección Nacional. También es común ver en las calles a jóvenes tras un balón y tironeándose por la posesión del esférico, lo que a nivel popular le llama ‘perrera’ (fútbol desordenado). Uno de los objetivos de la Federación es hacer visible el fútbol y convencer a la empresa privada de que “el fútbol es rentable; aquí se ve como un hobby y no como un negocio”, acotó Agurcia.
Los clubes en la liga nacional, con dos torneos (apertura y clausura) afrontan dificultades para mantenerse activos, con malas condiciones de las canchas, sin dinero para pagar salarios de los jugadores y sin patrocinios.
Cambiando la historia
Pero la selección nacional cuenta una historia un tanto diferente. Su buen desempeño en 2015, tras la contratación del técnico costarricense Henry Duarte, la llevó a clasificar a la tercera fase de la eliminatoria de la Concacaf para el Mundial de Rusia 2018. “Desde el punto de vista táctico la selección creció mucho. Yo diría que es una de las selecciones que en 2015 creció más no solo en Centroamérica sino a nivel mundial”, dice Duarte.
El resultado de esta selección no es producto de la magia, ni del esfuerzo de una persona, sino de esfuerzos que se realizan desde hace 10 años, producto de los cuales se ha elevado el nivel de competitividad, opinó Agurcia.
Parte de ese esfuerzo ha sido la preparación de un relevo generacional para los actuales jugadores, para lo cual han sido abiertas 19 academias, 11 de las cuales son financiadas por la FIFA. (I)