Lojano come perro, muestra del colectivo Arte Emergente, se expone en el FIAVL
En la Plaza Santo Domingo (centro de Loja), un grupo de gente aplaudía cuando Edwin Bermeo, artista lojano de 35 años, les explicaba la técnica que estaba usando para pintar sus cuadros. No lo hacía de la manera tradicional, sino que le imprimía los colores a su obra desde el reverso del papel. El dibujo mostraba a un pescado antropomorfo amarillo y negro, en una escena en la que parecía que acababa de comerse a otros dos pescados. Es una alusión, explica, a la frase “lojano mata lojano” y “lojano come perro”.
Esta última es precisamente el nombre de la exposición en la que siete artistas locales mostraron su obra y su proceso de creación a todos los que pararon en la Plaza Santo Domingo, rodeada de calles cerradas al tránsito por motivo de las fiestas de Loja.
Lojano come perro, muestra del colectivo Arte Emergente, se realiza en el marco del Festival Internacional de Artes Vivas de Loja (FIAVL). El título de la exposición se debe a una frase con la que la gente en el resto del país molesta a los lojanos. Hay una leyenda urbana que dice que aquí se consume la carne de este animal, y que se parece a la carne de cerdo. “Nosotros preferimos tomárnoslo con humor”, explica Bermeo, aunque agrega que sí hay personas que lo hacen, pero nadie lo acepta.
Por ahí también hay dibujos que hacen referencia a frases como “lojano alcanfor” o a la leyenda del Cura sin cabeza. La idea de la muestra es utilizar las jergas de Loja con algo de ingenio y algo de autocrítica.
Maping, performance, danza, teatro y la exposición de pinturas de gran formato (de cinco metros de ancho) sobre la fachada de edificios públicos eran otras de las actividades que tenía planeadas el colectivo Arte Emergente para meses anteriores, pero por falta de presupuesto, tuvieron que ser suspendidas. Emilio Seraquive, otro de los artistas, explica que con el FIAVL recién pudieron retomarlo.
Según Seraquive, esta actividad es una forma de mostrar a los transeúntes todo el proceso de creación de una obra. El miércoles 16, cuando se inauguró la muestra, todos empezaron sus trabajos desde cero. “Se dice que Loja es una ciudad cultural, pero las artes plásticas no tienen tanta cabida, por eso queremos que se conozca el proceso”, dice Seraquive junto a su caballete, sobre el que se encuentra la pintura de una persona que sufre una transformación retorcida y dolorosa.
En Loja, tres mil familias subsisten gracias a actividades artísticas, en especial, de la música. En la ‘Centinela del Sur’ hay 1.300 músicos académicos. (I)