Ya entrados en la mitad del primer cuatrimestre de 2017 más que opinar de estrenos televisivos vale la pena hablar de qué faltaría para finalmente exportar producciones audiovisuales ecuatorianas. Ecuador tiene artistas nacidos aquí o cuyas familias partieron de aquí, consolidando su internacionalización. Tiene guionistas y realizadores que han construido productos de éxito para Viacom (en televisión MTV, Nickelodeon y Comedy Central), coproducciones cinematográficas de buena aceptación crítica y coproducciones televisivas regionales, entonces, ¿por qué no alcanza para vender un producto enteramente nacional al mundo?

Los esfuerzos de Unión de Artistas Audiovisuales del Ecuador (Uniarte) y GALA (Guionistas y Autores Literarios Asociados) son notables para que el audiovisual ecuatoriano cale en el nicho de mercado mundial, y si ya están Enchufetv en Comedy Central, Joselyn Gallardo en Telemundo, Danilo Carrera en Televisa y Catarina Ledeboer en Nickelodeon, ¿por qué no aspirar a más? Los guiones están consolidados, los equipos de producción y realización cada vez son mejores, la aceptación popular local es casi total, pero algo falta.

Los errores están en centrarse en la producción solo para el rédito o el retorno de la inversión en ella, construyendo contenidos para una audiencia ideal y estereotipada que solo vive en las cabezas de dueños de canales y agencias de publicidad. El product placement en televisión nacional es descarado, ya que parece que se hicieran comerciales dentro del capítulo de una serie o novela. Aquello tampoco es el acabose porque algunas producciones argentinas como Cebollitas también lo hicieron. Sin embargo, esos eran los inicios y la etapa intermedia de la televisión latina. Hay que apostar a más, dejar los sesgos, los target, las audiencias, el rating, el share, y pensar más en el televidente. Público a secas y sin calificativos. La tercera temporada de 3 Familias y Cuatro Cuartos comprueban que ya es el momento de dejar de tomar impulso y ya dar el salto al mercado internacional.

Es cierto que el formato de Combate generó una marca a nivel latino, pero eso no es suficiente, porque ese show también tuvo elementos similares al chileno Calle 7. El reality genera fidelidad en las audiencias, no en el público, gusta a muchos, sin convocar el ruido entre los televidentes. Las redes sociales son apenas el primer paso para que el televidente opine en tiempo real, deben buscarse nuevas formas de escucharlo y dejarlo hablar.

Ya la televisión no es de los canales y los productores, es del público. Mismo público que puede moverse entre el cine, la web y la televisión cuando se le antoje. No basta con darle retratos de las vidas social, familiar y cultural nacionales, sino contenido de calidad que informe, entretenga y oriente.

Ecuavisa, Gama, TC mi canal, RTS, Teleamazonas y Canal UNO tienen historia en realización de contenidos televisivos originales. El desacierto es que también incurrieron en las adaptaciones de series éxito extranjeras y no las llevaron a buen término siempre. Deben retomar sus departamentos de producción y no seguir permitiendo que la mayor exportación audiovisual de Ecuador sea siempre la publicidad. (O)