El año televisivo ya termina y ni de lejos se divisan las finales de los realities de competencia. La Virgencita Ecuador ya repite episodios y se anuncia el final de La Trinity, aunque recién sobrepasan los 70 de 90 episodios ofrecidos; mientras sigue la puja de audiencias entre al menos 51 novelas emitidas por once canales VHF y Oromar y Telerama en el UHF.

La producción nacional llegó y llenó los ahora educados gustos del público ecuatoriano, si no serían inexplicables los éxitos 3 Familias, El Más Querido, la drama-comedia Los Hijos de Don Juan en contraste al mucho ruido y pocas nueces de La Voz Ecuador y Ecuador Tiene Talento 5. Sin desmerecer a los participantes de realities de talento franquiciados, pero en uno, los coaches fueron el atractivo, mientras que en el otro destacaron los escándalos entre jueces que casi empañan la final donde primó el voto del público y la solidaridad de los ganadores. Tampoco los premios ITV estuvieron mal, porque con el voto popular realmente se nominó y premió a lo mejor de la televisión ecuatoriana en VHF, con Ecuavisa nuevamente a la cabeza.

Lástima que el ITV no abrió la categoría de mejor dramatizado en sus premios de 2016, ya que sí hubo producciones de este género aptas para nominar y galardonar. Aunque ha renovado su programación entre cinco y seis veces este año, con tres diferentes matinales como muestra, GamaTV aún no cala como el Gamavisión con las novelas de Televisa. Héroes verdaderos: La historia continúa pudo ser el retorno de GamaTV a lo mejor de la pantalla nacional y no alcanzó. El más joven canal VHF, Televicentro, aún no entra a la pelea, su producción es focalizada en la Sierra donde nace y en transmisión se ve mayoritariamente en Quito y Guayaquil.

Las formas en la producción han llegado a un alto nivel, pero los fondos están repitiendo lo que ya se ha visto o luchando por ser innovadores y creativos.

Los escándalos de la farándula y uno que otro problema de propiedad intelectual no han sido ajenos al buen año televisivo ecuatoriano. Y aunque la competencia es fuerte por el excelente año de CNTPlay, la televisión nacional tiene buen ritmo cardíaco. Los productores y realizadores de los canales e independientes han efectuado labor de hormiga para ofrecer los mejores audiovisuales.

Aún no hay apego por los géneros clásicos de la televisión y ya se busca crear híbridos, tal vez en eso hay que desacelerar.

Lastimosamente, una de las últimas series de David Reinoso, no cómica sino más bien de valores y familiar, se quedó en el archivero y en su lugar llegó una de las últimas novelas éxito de Argentina.

Las biografías de ídolos musicales proliferaron, aunque no todas ganaron alta incidencia en el público y se pasan de largas o reeditadas.

La interculturalidad aparece en horarios muy poco convenientes para el público masivo y persiste la mala maña de irrespetar horarios fijados por los mismos canales. Aunque han surgido nuevos entrevistadores de variedades, ninguno logra impacto en las audiencias.

Este 2016 trajo buenos productos, quizá a la pantalla nacional le falten unas clasecitas de spinning o zumba para generar la gran explosión que el televidente espera y aún no ve. (O)