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Hay madera en la serie Cuatro cuartos

Hay madera  en la serie  Cuatro cuartos
12 de abril de 2017 - 00:00 - Walter Franco Varas

Mientras la producción y emisión de realities prolífera y en los magacín de farándula se hacen las bombas con el chileno Doble Tentación, la producción dramática nacional sigue creciendo, ahora con Cuatro cuartos, de TC mi canal. El elenco convocado para esta llamada superproducción, desde el arranque denominada como novela o dramedia,  es por decir lo menos, el más acertado, con críticas menores de la audiencia educada de cómo alguien de las características de Alexander (Víctor Aráuz) puede tener como esposa a una mujer del tipo de Rebeca (Carolina Jaume). Superando esa ligera incredulidad, se disfruta de interpretaciones realistas y creíbles de personajes reales, como el Brayan, encarnado por Álex Vizuete con naturalidad y mesura. Desde lo actoral también vale darle una atenta mirada al comprometido trabajo de la novel actriz María Emilia Cevallos como la protagonista Mayiyo.

Los demás personajes y actores detrás de ellos son reconocidos por sus trabajos tanto en televisión como en el teatro, algunos incluso por el cine, y es poco lo que puede decirse que deben corregir. Tal vez la voz que David Reinoso le pone a Don Cheché, personaje que retomó de su experiencia en una serie Web. En Cuatro cuartos, a diferencia de las dos anteriores producciones de TC mi canal (Estas secretarias y Los hijos de Don Juan), los actores de mayor experiencia tienen espacio físico y argumental para colaborar en la historia mayor, no solo incidir en ella. A Carolina Jaume, por ejemplo, se le podría aconsejar no sobre explotar su experiencia actoral dramática, de villana, porque aún el resto del elenco, en los primeros capítulos, está acomodando los niveles actorales, cómicos y dramáticos.

Fabrizio el ‘Churo’ Aveiga, jefe de guionistas, se anota un nuevo triunfo en su trayectoria como guionista y creador de historias televisivas de largo aliento. Ahora, un proyecto suyo, bajo la dirección general de Catrina Tala, cobra vida propia, vida verosímil y sabrosa para quien la aprecia.  Aún así, por estar iniciando, en Cuatro cuartos hay que afinar detalles técnicos, por ejemplo la musicalización, a cargo de Abraham Morán.

Hasta el momento toda la música incidental ha tenido fuerza argumentativa, pero en el escape de Ana María, de la Hacienda Santana, se pasó en intensidad dramática. Hay que considerar que Cuatro cuartos es una dramedia para 195 capítulos y no se puede dejar que musicalmente desde los inicios predomine el melodrama propio de las telenovelas clásicas. Pero no estaría mal tener más recursos visuales como el recuerdo a manera de proyección de Alexander, sobre uno de sus encuentros más románticos con su esposa Rebeca, en el primer capítulo.

La naturaleza interactiva que se le da a Cuatro cuartos, mediante la red social Instagram, no es errada, pero debe pulirse. Quizá sería mejor presentar unos bumpers en los cortes comerciales con las preguntas que se hacen al público y no imponer siluetas y caracteres al fondo de la pantalla durante cuadros actorales que pueden ser importantes para la trama. Una curiosidad para el público, qué parecida se ve a Frances Swett como Biachi, con Elena Gui, actriz de otras producciones de TC mi canal. (O)

 

 

 

 

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