El ‘Cholito’, que en sus inicios fue parodia del periodista José Delgado, es uno de los más longevos del humorista David Reinoso y es bastante apreciado desde hace unos 20 años. Se ganó el nombre propio de José ‘Pepe’ Chalén, ahora el licenciado José Chalén; protagonizó especiales de humor, dos novelas, ha sido personaje invitado en series dramáticas y es imagen comercial de almacenes La Ganga. También lo fue de otras marcas. Por eso no sorprendió tanto que la productora ShowMasters y GamaTV le ofrecieran su propio magazine reality show por temporada, Cholito on the Beach. En el programa funge de jefe de una productora propia que busca innovar en la televisión ecuatoriana a la par que prepara a dos expersonajes de realities, Érick ‘Chicho’ Trujillo y Diana Bastidas, para ser presentadores y reporteros del espacio playero que protagonizan los tres. Algo así, porque en realidad la parte de reality desmerece a lo poco que se aprecia de magacín o de show, esa parte la componen unas juntas o pantallazos desde las oficinas y el garaje de la Productora Chalén donde el ‘licenciado’, ‘Chicho’ y Diana se pasan recordando una serie de viajes recién realizados por la Ruta del Spondylus.

Muchos de los momentos del show que se emite por una hora, los domingos, a las 20:00, y desde el 12 de marzo, se van en menciones que el ‘Cholito’ hace ante un set digital de una playa, los bloques para comerciales y otras menciones pregrabadas en las que aparecen Chalén, Bastidas y ‘Chicho’. Lo poco de magacín que hay en el espacio son segmentos de gastronomía, interculturales muy cortitos y ligeros de contenido, diversión playera que puede ser deportes extremos o farras y en los que los personajes paran a comer o comprar artesanías en lugares representativos de la Ruta del Spondylus. Afortunadamente no hay demasiados momentos que exploten la sensualidad de Bastidas, pero sí los hay para presentar a otras modelos y que recuerdan algo a la primera temporada de Fantasías en la playa.

Cholito on the Beach es un programa agradable y nada pretencioso que cumple con lo que ofrece: poner al ‘Cholito’ en las playas de Ecuador. No hay margen de error, aunque sí mucho espacio para menciones y comerciales. La edición se ha visto más ordenada desde que en el segundo programa se incluyen algunos letreros de ‘Semanas atrás’ o similares para justificar los saltos de tiempo entre el relato audiovisual y los reportajes.

Aún falta definir más el rol de ‘Chicho’ y pulir su presencia como presentador o conductor porque es también un personaje reconocido y querido. Por ahora su aporte es muy reducido y al parecer su forma natural de hablar lo hace sonar poco creíble ante la cámara en escenas como el intento de abusar de él de una vecina de la productora. Mientras que Bastidas es la chica sensual que gusta de la comida y embelesa solo con su presencia.  

A ‘Pepe’ Chalén se lo conoce mucho más, aún, como el ‘Cholito’. El personaje no pierde la esencia de sus primeros años en Ni en Vivo Ni en Directo, sin embargo se ha fortalecido con su paso por las novelas. Lo que tal vez lo perjudica es que su valor para la publicidad y el marketing lo encasillaría como producto y le resta autonomía como persona. (O)