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¡Esto ya es macumba!

¡Esto ya es macumba!
22 de mayo de 2017 - 00:00 - Por Walter Franco Varas

Estamos ya entrando a la quinta semana del reality Hechizando a Samantha que transmite desde abril 24 el matinal En Contacto. Y la situación está peliaguda porque si los objetivos de la televisión son educar, entretener e informar, este show en el que se está realmente transformando a Samantha Grey en su madre, Sharon La Hechicera, no cumple ninguno. Saltarán productores televisivos y televidentes asiduos, sobre todo la fanaticada de Samantha, a decir que sí existe un valor en Hechizando a Samantha porque la popularidad de la difunta Sharon permite que aún sea entretenido, y generador de rating, hablar de ella y preparar a su propia hija para que haga el casting para interpretarla en una novela. Pero, ¿era realmente necesaria una cirugía estética para hacer que la joven y talentosa Samantha se parezca aún más a su madre? ¿No era suficiente la genética y el régimen a cargo de la hechicera Zaida Molina? De los siete hechiceros (asesores para la transformación) originales el más preocupado sobre forzar a Samantha a ser una copia de su madre ha sido el profesor de actuación, el venezolano Gonzalo Cubero.

Cubero es quien en realidad muestra a la audiencia que para el casting y la novela no es necesario tener al vivo retrato de Sharon sino a una actriz que se meta en su piel para interpretarla como personaje dual, la artista Sharon y Edith Bermeo la mujer cotidiana. Tampoco se percibe que los hechiceros invitados Roberto Manrique, Frank Palomeque y Lila Flores hayan ayudado a la audiencia a romper la confusión del punto de este reality, ya que ellos potenciaron a Samantha Grey como artista y persona. El reality quebranta constantemente su mandamiento. “Este reality no es solo una transformación externa de Samantha sino una evolución de ella misma”. Lo que hacen con la cabeza los hechiceros titulares Enrico Bonfanti y Susi Hidalgo lo borran con los pies al exhibir en demasía la vida de una joven aún en situación vulnerable, el posible embarazo y su vida sentimental. Se está partiendo a Samantha Grey, la persona y la artista, en dos, la copia de su madre en la que deberá convertirse mediante Hechizando a Samantha y la mejor artista, actriz y cantante, que debe surgir de este proceso. El mejoramiento artístico de Samantha está ocurriendo a cuentagotas, y por lo que se ve en pantalla no es ni la cuarta parte del objetivo general del reality. Pocos son los hechiceros invitados o titulares que se han atrevido a decirle a la joven que si es mejor para su salud no haga el casting.  A nivel de rostro, luego de la cirugía, Samantha es Sharon. Véalo en televisor pantalla plana o de los antiguos, le erizará la piel ver a Samantha remodelada físicamente para interpretar a su madre. Algo similar a lo que pasó con El ‘Comandante’ cuando reemplazó a su hermano Marco Vinicio Bedoya en la animación de A Todo Dar.

Sin pelos en la lengua, Hechizando a Samantha debe salir de la pantalla. El rating o likes que genera no justifica truncar la personalidad de Samantha para hacer una novela sobre Sharon. Algunas partes de Hechizando a Samantha son salvables apenas como un tras cámaras para incluir en un DVD que se pudiera editar de la novela, luego de su estreno televisivo. (O)

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