A paso apresurado, los fieles católicos abarrotan locales comerciales que distribuyen trajes para vestir al niño Jesús. Cientos de clientes se congregan a lo largo de la empedrada calle Rocafuerte, en el centro histórico, ya que ahí se concentran alrededor de 20 establecimientos dedicado a estos menesteres.

Las vitrinas sobresalen desde la entrada de cada local con sus figuras en yeso, de plástico o alabastro de la Virgen María, de José y del Niño Jesús, que se destaca especialmente por sus rebosantes cachetes rosados, ojos celestes y sus risos castaños.

Sin embargo, en los últimos años, la imagen de los vitrinales cambió sus matices. Ya no se observan estas figuras con ostentosos vestidos y capas de tela aterciopelada, decorada con brillantes lentejuelas.

"El niño Jesús evolucionó con la moda y con sus creyentes", explicó Sandra Mendoza, propietaria de Creaciones Sandrita, un establecimiento que funciona en el sector hace más de 20 años.

La mujer, que se dedica a esta labor desde los 14 años, cuenta que en la actualidad los fieles religiosos buscan personalizar a las imágenes sagradas. Por ello demandan nuevos modelos.

En su establecimiento, aseguró, se distribuyen trajes de todos los tamaños y colores. El primer modelo que confeccionó fue sobre un niño de 80 centímetros que lo vistió fue de zamarro, que es una prenda amplia de vestir, rústica, de abrigo, que cubre el cuerpo hasta medio muslo, hecha de piel con lana o pelo por fuera o por dentro.

Sandra reconoció que fue complicado diseñar el traje, pero se sintió satisfecha al ver a sus clientes contentos adquirir esta indumentaria.

El segundo modelo que creó fue de Mariachi: un conjunto con pantalón, camisa, chaleco y zapatitos de charol.

En 2015, también se distribuyó un ejemplar en honor al Papa Francisco, quien visitó el Ecuador, en julio de 2015. Doña Sandra creó una réplica del traje del sumo pontífice con una imitación de la Cadena del Buen Pastor. También diseñó un vestuario más actual con la época que se compone de camisa de algodón, blue jean y un abrigo de paño. 

Los diseños también se crearon para los empleados de otras profesiones. En la gala de los trajes la modista creó un uno de chef, para su hijo Jefferson Falcón, quien estudió Gastronomía, solo que en uno de los bordes adherió motivos con uvas y filos dorados para conservar el aire católico. "Hay que estar a la orden de la tendencia de los seguidores", comentó convencida.

La demanda de los fieles aumentó días antes de que se iniciara el tradicional rezo de la Novena, en donde las familias ofrecen sus oraciones durante nueve días consecutivos (el último día se realiza en Navidad). De acuerdo a los designios de la Iglesia Católica, la novena es para pedir la intercesión particular de la Virgen María, de los arcángeles o de los ángeles custodios.

Por esta razón, María Pérez, moradora en el sector de Cangagua (norte de la ciudad), llegó el pasado martes hasta el Casco Colonial para adquirir un vestido y entregarlo como ofrenda al Niño Santo.

A inicios de este mes fue declarada prioste (encargada de organizar la novena y una misa). Por eso acudió hasta el sector para adquirir un traje acorde con la ocasión.

Ella se sintió atraída por un modelo de organza, blanco con detalles dorados, que lo pondrá en la figura para pasarle una misa en la Iglesia Santo Cora de Arte, que queda en Rancho Bajo. "Voy a entregar esta ofrenda al niño en señal de agradecimiento por los favores recibidos", comentó la mujer.

Hay talleres que se preocupan por ofrecer creaciones para los miembros de la fuerza pública, detalló Catherine Silva, operaria de Creaciones Andycris. La mujer añadió que los trajes que tienen más salida son el danzante. En la talla 10 -que es una de las más grandes- los precios oscilan en los $ 48 y van reduciendo los precios.

La empleada comentó que en el lugar es alta la demanda del camuflash de militares o de policías. Para este prototipo se emplea felpa, gamuza, (para las gorras), mientras que los chalecos son hechos en foami.

"Estos trajes los piden especialmente las madres de los policías o sus esposas que se encomiendan a Jesús para que los proteja durante el trabajo", indicó.

Ese es el caso de Adriana Quishpe, moradora de San Juan, llegó al local para buscar un traje de policía metropolitano. La mujer quería entregarlo como ofrenda a una imagen del niño que lo encargaron a su familia, mientras dure el rezo de la novena. Ella eligió ese modelo porque su sobrino forma parte de las filas de la institución. "Mi ofrenda será un trajecito para Jesús porque es una bendición su visita en nuestro hogar", narró.

Ángela Rosario Cornejo, propietaria de Creaciones Charito, también presume de los modelos creados para las sagradas imágenes.

Como si se tratará de un desfile de modas y de las creaciones del "último alarido de París", Doña Ángela está convencida de que sus confecciones son exclusivas.  Así lo presume cuando muestra su modelo de indígena: un pantalón blanco con una bragueta de velcro, que hacen conjunto con unas impecables sandalias y una tela de algodón.

La diseñadora también confecciona vestidos en todas las tallas. El más pequeño es uno de 10 centímetros, que se los emplea para las figuras más diminutas que se los coloca en nacimientos pequeños. Cada prenda cuesta entre los $ 3.

La ropa más grande la hace para imágenes en talla 10. Sus precios oscilan los $ 70 dependiendo de los materiales. "Mi eslogan es trabajo profesional, siempre imitado pero nunca igualado", comentó convencida. (I)