Ela Olaya Soledispa Tumbaco  hace gesticulaciones con la boca, con movimientos hacia adentro. La mujer de 106 años, apenas despierta pide un beso.

Nelly García, de 68 años, atiende al llamado de su madre. Le da un pequeño “pico” y la consiente con guiños y mimos. Con orgullo dice: “Ella es la bebé de la casa”.

La ayuda a acomodarse. Viste una pijama rosa de ositos. Reposa en una cama que tiene, en la cabecera y a un costado, colchonetas de Hello Kitty para evitar que se golpee.

Rosa, la otra hija de Doña Ela,  sube a la cama y la sienta. La peina y arregla.

Diariamente la acicalan con el mismo amor. La única diferencia es que el pasado jueves lo hicieron para la foto de su nueva cédula de identidad.  

El documento que portaba la centenaria ecuatoriana expiró hace 20 años: en febrero de 1996.

La última vez que visitó un registro civil fue en Portoviejo, cuando tenía 74 años. Entonces, aún podía movilizarse y comunicarse por su cuenta.

Pero la semana pasada ocurrió lo contrario. Ahora la Dirección General del Registro Civil fue a ella para cedularla en su domicilio.

Una brigada llegó con equipos de identificación: computadora portátil, cámara digital y un identificador de huellas portátil.

Olayita -así la llaman en casa- permaneció en su cama, mientras los técnicos realizaron el proceso.

Su familia recuerda que en ella siempre destacó la vitalidad, energía y el carácter “fuerte”.

Nelly cuenta que hace 30 años los médicos le diagnosticaron diabetes a su madre. Por eso emigró de Jipijapa (Manabí) a Sauces, norte de Guayaquil.

Nelly relata que hace tres meses la mujer centenaria recordaba su  juventud. “Decía que amaba a las hermanas, a los hijos, a los nietos y era como que se transportaba al tiempo en el que vivía en el campo y le ordenaba a los hijos”.

Pero hace dos semanas tuvo una nueva recaída. Ahora pasa quieta en cama.

Dejó de alimentarse como usualmente lo hacía: en las mañanas comía una porción de papas chauchas cocinadas con 4 huevos duros. Ahora se alimenta con suero y le suministran medicinas.

Entre recaídas y asistencias, Nelly se enteró, a través de un medio televisivo, de la campaña de cedulación a personas mayores de 100 años, que realizaba el Registro Civil a domicilio. “Pensé que mi madre se está poniendo malita. Si la cédula está caducada, no sé si tendrá problemas el día que me toque hacer el trámite funeral. Por eso, me acerqué a las oficinas y pedí que vinieran a mi casa”.

El trámite

David Vizueta, coordinador Zonal 8 de la Dirección General del Registro Civil, explica que hasta el 31 de agosto (miércoles) se realizará la campaña de los 100 años, la cual consiste en la actualización del documento de identidad. “Si no se hace el proceso luego de este mes su información no será verificable”.

Vizueta recuerda a la ciudadanía que las cédulas caducan por dos circunstancias: por la vigencia del documento y por señalar que serán válidas hasta la muerte de su titular.

“Estamos próximos de unas elecciones y el Consejo Nacional Electoral (CNE) podrá contar con información actualizada, idónea, de todo tipo de personas, en este caso mayores de 100 años, si quieren ejercer el derecho al voto”.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en Ecuador hay 1’229.089 adultos mayores (personas de más de 60 años). El 53,4% es mujer y el 46,6% es hombre.

Por medio del programa, solo en Guayaquil se han detectado 3 casos de personas con edades centenarias.

El caso de Olayita es uno de ellos. En febrero cumplirá 107 años. Su familia la componen 8 hijos, 40 nietos, 17 bisnietos y 20 tataranietos. Todos están atentos a su estabilidad.

Su nieta Shirley García, de 44 años, recuerda que la última vez que su abuela celebró su cumpleaños, bailando cumbias, fue a los 85 años.

Ella asegura que el secreto para llegar al centenario de vida ha sido la buena alimentación, el mantenerse ocupada en las actividades del hogar y del campo, y el cuidado de sus plantas. (I)