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En las escuelas peninsulares los docentes han optado por reforzar las asignaturas con hasta 15 horas extras semanales

La alimentación y el apoyo familiar inciden en el rendimiento de los estudiantes

En Santa Elena es común que los menores vayan a la escuela sin desayunar y consuman comidas de la calle. Foto: Miguel Castro / El Telégrafo
En Santa Elena es común que los menores vayan a la escuela sin desayunar y consuman comidas de la calle. Foto: Miguel Castro / El Telégrafo
10 de julio de 2014 - 00:00 - Redacción Sociedad

Santa Elena

Milton Muñoz, de 11 años, tiene complicaciones para sumar y restar. Él es alumno de la escuela fiscal Virgilio Drouet Fuentes, de Santa Elena, que acoge niños de primero a séptimo año de EGB (Educación General Básica).

Cuenta que sale de su casa hacia la escuela sin desayunar, porque en la institución educativa lo esperan un vaso de colada y galletas como parte del programa del Ministerio de Educación.

Entre los resultados presentados por el Ineval, luego de la prueba ‘Ser Estudiante’ 2013, aplicada a 45 mil alumnos, se destaca que cuando hay deficiencias en la alimentación hay bajos resultados en el aprendizaje. Esto ocurre en Santa Elena, el hogar del pequeño Milton.

Esa provincia, junto a Esmeraldas, Sucumbíos, Orellana y Bolívar, presentan las mayores deficiencias académicas en el país, tanto en Matemática como Lengua.

Es decir que existe una relación entre buena alimentación y desempeño escolar, lo que es reafirmado por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) hecha en 2013.

En este estudio se afirma: “La desnutrición en su forma de retardo en talla sigue afectando a los escolares con consecuencias en la capacidad mental, capacidad de atención y aprendizaje”.

En Santa Elena, 6 de cada 10 niños en edad escolar tiene problemas de malnutrición, según la Ensanut; asimismo, la provincia tiene una mayor proporción de adolescentes con retardo en crecimiento.

Además de la alimentación, el entorno familiar también influye en el rendimiento escolar. “Hay casos de padres separados o que trabajan y no hay el apoyo necesario en casa para decirle al niño si está bien lo que hace”, dijo la docente peninsular Martha Borbor.

Ante los casos de bajo rendimiento, Mónica Ambrossi Bucheli, directora de la escuela fiscal Jesús María Palau, en La Libertad, mencionó que ellos optan por exigir la cooperación de los padres para que ayuden en las tareas a los  menores.

Cómo estudian en la península

La profesora María Elena Tomalá tiene a cargo 40 alumnos en el séptimo año EGB, en la escuela Virgilio Drouet Fuentes. En un pequeño salón con pupitres de madera y varios elementos didácticos pegados sobre las paredes, los estudiantes desarrollan las clases de acuerdo a las indicaciones de la maestra.

En esta semana, la planificación escolar indica que en la asignatura de Lenguaje los estudiantes deben tratar las conjunciones y preposiciones. Tomalá hace un breve repaso y pide la participación de los menores que oscilan entre los 11 y 14 años.

La docente aseguró que Lenguaje es una de las materias con mayores dificultades, en especial en un pequeño grupo que aún no puede leer ni escribir correctamente. Pero sin duda Matemática sigue siendo la limitación principal.

Más datos del Ineval indican que precisamente el 30% de los alumnos de 7° año, el curso que maneja la maestra, no alcanza niveles elementales en Matemática.

La profesora señaló que del total de sus alumnos (40), 23 necesitaron recuperación pedagógica, que consiste en clases extracurriculares durante 3 horas a la semana. “Las operaciones combinadas se les hace muy difícil porque tienen que sumar, dividir, restar, multiplicar, pero algunos ya superaron ese vacío que tenían”, aseguró.

El director de la escuela Virgilio Drouet, José Magallanes Pozo, reconoció que hay  debilidades académicas en la provincia, donde 11 escuelas fueron evaluadas. Para él, los resultados del Ineval no son novedad, y desde hace varios meses se han implementado cambios escolares.

Uno de ellos es el aumento de 12 a 15 horas de Matemática y Lenguaje a la semana, así como la ejecución de una prueba de conocimientos similar a la del Ineval.

En el cantón La Libertad, el director de la escuela básica Atahualpa, Segundo Sánchez, comentó que en 2008 la institución participó en la prueba del Ineval. Esta determinó que efectivamente la mayor falencia era Matemática. “Nos recomendaron desarrollar la resolución de problemas y realizamos una feria muy bien trabajada en ese tema”, manifestó.

José Pérez León, con 20 años de experiencia como profesor de Matemática y Física, opinó que la gran parte de los alumnos no cuenta con disciplina en casa para investigar más sobre la asignatura.

DATOS

La prueba realizada por el Ineval evaluó Matemática, Lengua y Literatura, Ciencias Naturales y Estudios Sociales en alumnos de 4°, 7°, 10° y 3° de bachillerato.   

En 4°, el 25% no alcanza el nivel elemental en Matemática y en Lengua. El 34% usa correctamente los puntos y comas en un texto y el 48% reconoce los derechos fundamentales de las personas.

En 7°, el 30% no alcanza los niveles elementales en Matemática y 2,2% es excelente. En 10°, el 42% no alcanza los niveles elementales en Matemática y 26% en Lengua.

En 3° de bachillerato, el 31% sigue siendo insuficiente en Matemática y más del 90% supera los niveles elementales en Lengua.

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