El campeón ecuatoriano Jonathan Barragán acerca el jiu-jitsu a los niños

Al recibir la orden del entrenador, los niños se forman listos para los ejercicios que les indiquen. Van a aprender cómo derribar a su oponente mediante un giro del cuerpo y utilizando el propio peso de la persona.

Para ello se dividen en parejas y ejecutan los movimientos que el instructor les ha enseñado paso a paso. Lo hacen con cuidado para no golpearse pues es solo un entrenamiento. Es más, para ellos es como un juego y se sienten importantes porque “estamos aprendiendo karate”, como afirma Cristopher Castro, de 10 años.

El niño hace parte del grupo de menores que cada sábado recibe clases de Jiu-Jitsu brasileño en el parque central de la parroquia La Aurora, en la avenida León Febres Cordero. El entrenamiento les enseña defensa personal, disciplina, respeto y autocontrol, lo cual, a su edad, es importante pues les marca una tendencia de vida y les ayuda a formarse como seres humanos.

Así lo considera Jonathan Barragán y por eso comenzó meses atrás este trabajo con niños de escasos recursos no solo de La Aurora sino también del Cerro Las Cabras, en el cantón Durán. En el primer lugar entrena a cerca de 15 menores, mientras que en Durán son cerca de 30, todos entre siete y 12 años de edad.

Jonathan es guayaquileño, tiene 23 años y es campeón de esta disciplina originaria de Brasil y que comenzó a entrenar cuando tenía 13 años. Ha competido a nivel nacional e internacional, ha viajado a Panamá, Brasil, Colombia, Estados Unidos, Grecia y Abu Dabi.

“Actualmente soy campeón de un selectivo que me envió a Abu Dabi con todo pagado, donde quedé campeón. Es un selectivo de la cinta en que compites pero contra todos los pesos. Soy el más liviano y pese a ello quedé campeón. Eso fue el año pasado”, relató el deportista.

Actualmente se alista para participar en el mismo torneo, que se realizará este mes. Y también para el Panamericano, que será en junio próximo.

En 2017 viajó a Estados Unidos para prepararse como instructor y tras varios meses de entrenamiento intensivo, regresó a Ecuador para cumplir su sueño: fundar su propia academia de Jiu-Jitsu, que actualmente funciona en Sambo City, y transmitir sus conocimientos a los niños de escasos recursos.

Su labor social comenzó hace cerca de seis meses. Él es consciente de los problemas que la juventud afronta, como las drogas, vicios, los malos hábitos, especialmente en sectores donde faltan las oportunidades de estudio y empleo. Por eso ofrece a los niños una opción de vida.

“Esta modalidad brasileña se desarrolló en las favelas, en las partes pobres de Brasil. Muchos de los campeones actuales son de allá y en su momento alguien les dio la mano, se les financiaron los entrenamientos, los viajes. Actualmente son campeones, tienen títulos y a su vez han creado sus propias academias y tienen muchos alumnos”.

Al principio fue difícil reunir a los alumnos “pues a un padre le cuesta entregar su niño a un particular”, recuerda Jonathan. “Pero comenzaron a ver mi trabajo, se dieron cuenta de lo que yo quería hacer con ellos y pusieron su confianza. Ahora voy a las casas a recogerlos y los mandan conmigo. Saben cómo es la sociedad hoy en día y la importancia de alejar a los pequeños de los malos hábitos”.

El entrenador ha visto el progreso que han tenido los niños luego de varios meses de trabajo. “El deporte les forma el carácter y desde que empecé a venir he notado que ya no debo pedirles que se formen, lo hacen ellos solos. Saben que deben saludar y despedirse. Es el respeto, la disciplina”.

Actualmente el deportista enfrenta la falta de elementos para el correcto entrenamiento de los niños, quienes requieren uniformes y tatamis (colchonetas que amortiguan las caídas). Según Barragán, como el Jiu-Jitsu no es un deporte federado es más difícil reunir los implementos necesarios para su práctica.

Por ello espera conseguir auspiciantes que le permitan mejorar la enseñanza a los menores de escasos recursos. A Jonathan se lo puede contactar en el 0979974917. (I)