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Prevención, una forma de reducir la muerte súbita

Prevención, una forma de reducir la  muerte súbita
19 de agosto de 2013 - 00:00

En países desarrollados como Estados Unidos, España o Alemania, 1 de cada 1.000 habitantes del total de la población fallece por  muerte súbita (MS). En Ecuador, ese número es incluso mayor.      

Mientras que en España 20.000 españoles fallecen cada año por muerte súbita, el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) precisa que en tres de cada mil ecuatorianos se manifiesta este fenómeno.  

La muerte súbita  -el cese de las funciones vitales de una persona que puede durar entre un minuto y una hora- se da de tres maneras: natural, rápida e inesperada, asegura el cardiólogo Luis Oviedo.

El especialista explica que en el primer caso, la muerte no ha sido producida por un suicido o envenenamiento. “Por ejemplo, esto ocurre cuando escuchamos que un anciano de 95 años se fue a dormir y ya no despertó. La rápida, en cambio, se produce sin síntomas en las personas que realizan una actividad y  de repente se desploman, y la inesperada es cuando se presenta en personas aparentemente sanas”.
 
Sin embargo, son varios los factores de riesgo que  potencian una enfermedad cardiovascular y predisponen a la muerte súbita, entre ellos se encuentran los no modificables como el sexo, la raza, la carga  genética; y los modificables, como las enfermedades cardíacas, un infarto al miocardio, la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo, el alcohol y las drogas.      

De hecho, según el cardiólogo Manuel Célleri, el 90% de las causas de muertes súbitas tiene que ver con las enfermedades  de las arterias coronarias. “Aquí se da una fibrilación ventricular, es decir, el corazón late 400 veces por minuto y la persona colapsa”, dice.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en países industrializados la incidencia varía de 20 a 160 por cien mil habitantes al año en los hombres de edad comprendida entre 35 y 64 años.

Carlos Mawyin, médico intensivista del hospital Teodoro Maldonado Carbo, considera a los problemas eléctricos del corazón como una de las principales causas de la muerte súbita.

Explica que las  bradiarritmias consisten en la disminución de la frecuencia cardíaca por debajo de los valores normales, que son entre 70 y 80 latidos por minuto. Entre los riesgos también se consideran las taquiarritmias, es decir,  el aumento de la frecuencia cardíaca.

Tres de cada  mil habitantes han sufrido de muerte súbita, según el último censo del INECOtro factor desencadenante, según Oviedo, es la inestabilidad hemodinámica, que surge cuando un paciente no tiene pulso, ni presión arterial, pero neurológicamente sí muestra señales de raciocinio. “Hace algún tiempo tuve que atender a un paciente de 50 años, cuyo semblante era pálido -blanco como un papel-. El señor estaba consciente, pero cuando se le midió la presión arterial no tenía pulso. Lo que ocurría era que aún no perdía la parte de la conciencia. Estaba entrando en la etapa de muerte súbita”.     

Agrega que el miedo repentino es otra causa importante en la MS. “El miedo hace que se produzca un aumento de la enzima catecolamina, que al igual que la adrenalina provoca la contracción de los vasos  sanguíneos y hace que aumente la presión arterial y la frecuencia respiratoria. Por ejemplo, si me asaltan puedo tener inmediatamente  una muerte súbita”, relata.  

Por eso, Carlos Mawyin sostiene que “si existiera más control y cuidado en todos esos aspectos  disminuiría la probabilidad de que se produzca”.      

Por su lado, Luis Oviedo  asegura que no existe prevención en este tema. Dice que en la muerte súbita la única posibilidad de recuperación es la aplicación de  electroshock, pero que este procedimiento se complica cuando este episodio médico se presenta en lugares extrahospitalarios. “En países del primer mundo se encuentra un desfibrilador hasta en los supermercados, pero en Ecuador no existe eso; en el aeropuerto apenas hay dos, mientras que en los aviones no”.

Manuel Célleri indica que en la actualidad existen diversos exámenes que pueden diagnosticar patologías a nivel cardiovascular. Los deportistas, la población con más riesgo de desarrollar muerte súbita, deben ser evaluados exhaustivamente con pruebas especiales como ergometrías, ecocardiografía y tomografía multicortes. “Si se sospecha de una  enfermedad coronaria debería investigarse, pero ni ellos ni el común de las personas reciben supervisión adecuada”. La muerte súbita no solo pasa en la vida adulta. También ocurre  a nivel pediátrico. Según datos del INEC, en su último censo, se reportaron 10 casos de síndrome de  muerte súbita infantil.

Enrique Hernández, pedíatra neonatólogo, explica que  la muerte súbita en los niños es un problema bastante frecuente que se presenta  en ciertos grupos, como por ejemplo en los prematuros y en los que han tenido  contacto con el humo del cigarrillo. “La muerte súbita en los niños es un síndrome que se presenta en el lactante, generalmente recién nacido”, dice el especialista.

Agrega que es un episodio de muerte sin aparente causa que después de investigar revela factores de riesgo, como  enfermedades crónicas, colecho (niños que duermen con sus padres) y la posición bocabajo, que  incide mucho.        

Recuerda que entre los años 84 y 85 en EE.UU. se hizo una campaña que se llamaba “dormir de espaldas” para reducir la muerte súbita en los lactantes.

EN FRANCIA, MS AFECTA MÁS A LOS HOMBRES

La muerte súbita entre la población en general en Francia, durante o poco después de una actividad deportiva, afecta más a los hombres que a las mujeres, según un amplio estudio realizado por investigadores franceses y publicado  el martes en Estados Unidos.

Estas muertes fueron señaladas por los servicios de urgencia y se produjeron durante actividades deportivas (bicicleta, carrera a pie, o natación) de alta o moderada intensidad, o al menos una hora luego de concluir el esfuerzo físico.

El estudio se realizó en el período 2005-2010 y engloba a una población de 35 millones de personas.  En total los investigadores contabilizaron 775 muertes súbitas durante o poco después de cinco actividades deportivas en cinco años. De los fallecidos, solo 42 (un 5%) fueron mujeres.

La edad media de las víctimas fue de 44 años en el caso de las mujeres y 46 para los hombres. Además, la incidencia media fue de 0,51 por millón en féminas y  10,1 por millón en los varones, indicaron los autores, entre ellos Eloi Marijon, de la Universidad París-Descartes.

La frecuencia de las muertes súbitas durante o poco después de la práctica de estas actividades deportivas aumentó netamente con la edad en los hombres, pero no en las mujeres, según comprobaron. Los investigadores aseguraron que  pruebas similares a las que les realizan a deportistas podrían practicarse a todo el mundo.

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