“Mi nena estaba en estado crítico inestable. Su estómago se hinchó, su tono de piel era verde y sus intestinos estaban irritados. Pero ya ha bajado la infección en estos último días y ya no está con ventilador mecánico”, afirmó Viviana Mora, madre de uno de los ocho neonatos que se encontraban en la Clínica Cotocollao. Esta casa de salud fue clausurada el pasado 12 de enero ante el fallecimiento de un recién nacido, mientras otros ocho presentaron una infección bacteriana. Los bebés al momento se encuentran en el hospital Baca Ortiz de Quito.

Viviana afirmó que su hija, Annie Valentina Pastás Mora, nacida el 11 de diciembre de 2012, llegó al hospital pediátrico en pésimo estado de salud, incluso -agregó-  sufrió un paro respiratorio el pasado 13 de enero, a causa del contagio de la bacteria “sepsis nosocomial”.

Al respecto Einstein Hidalgo, líder del Servicio de Neonatología del Hospital Baca Ortiz, aseguró que los niños nacidos en la Clínica Cotocollao tuvieron repercusiones a causa de la bacteria a partir del tercer día de su nacimiento. “Al tercero, cuarto o quinto día se presenta el problema y su proceso de infección. Esta bacteria se puede adquirir en cualquier área hospitalaria, pero neonatología debe tener una estructura de cuidados físicos acorde a normas internacionales”, explicó.

Gabriela Magandi dio a luz a gemelas el 23 de diciembre. Una de sus hijas falleció en la clínica que hasta el momento sigue clausurada. Según Gabriela, autoridades de este centro de salud le indicaron que ella fue la portadora de la bacteria que ocasionó la muerte de su hija.

“Me dijeron que yo he tenido un virus, pero en ningún momento me hicieron un examen. Cuatro días después de su nacimiento le visité y estaba bien. El 3 de enero me extrajeron sangre (desconoce el motivo) y al día siguiente falleció. Me imagino que mi hija fallecida fue la primera que se contaminó con esta bacteria, porque las enfermeras me dijeron que ésta puede ocasionar un paro respiratorio” anotó Magandi.

Por su parte, Hidalgo explicó que si la madre durante su embarazo ingirió algún tipo de antibiótico, este pudo ocultar el resultado real de los exámenes de hemocultivo.
“Los antibióticos pueden negativizar cualquier examen posterior de hemocultivo. El hemocultivo consiste en extraer la sangre y mandarla a examinar para ver qué germen o bacteria puede salir en función de eso. Si la madre recibió antibióticos profilácticos en cualquier circunstancia, eso también pudo producir cultivo negativo para los bebés”.

Asimismo, explicó que las madres pueden ser portadoras de una infección, “pero quien debió detectar eso a tiempo era el médico que hacía el control durante su embarazo. Eso debieron haber controlado los médicos cuando las pacientes ingresaron a la Clínica Cotocollao”.

Mientras que Roberto Yajamín, encargado del departamento de epidemiología de este hospital pediátrico, explicó que los exámenes realizados a los neonatos procedentes de esta clínica, mostraron que han recibido antibióticos.

“Tuvimos una reunión con el comité de infecciones para los cuidados de salud del hospital y, con la información oficial de la Dirección Provincial de Salud de Pichincha (DPSP) se descubrió que de cinco recién nacidos, cuatro recibieron medicamentos que de alguna forma contribuyeron a negativizar la presencia de la bacteria. Solo un neonato tuvo “klebsiella pneumoniae blee” positivo, razón por la cual no recibió medicación (ya presentaba la bacteria)”, afirmó Yajamín.

Sobre el estado de salud de la otra gemela, Magandi dijo que nació pesando 1.820 gramos y que ahora su peso es de 1.500, y tiene bilirrubina alta, pero se encuentra estable.

Joseph Mogro Cruz nació el 27 de diciembre. Su madre, Katherine, quiso trasladarlo a otro centro de salud -según afirmó-, pero las enfermeras le generaron un sentimiento de temor. “Ellas me ocasionaron miedo; dijeron que sería responsabilidad mía y solo mía cualquier cosa que me pasara a mí o a él si me cambiaba de hospital. Incluso me hicieron firmar un documento a través del cual la clínica no se hacía responsable ante cualquier incidente”, anotó Cruz.

Para ella debe haber más control por parte de las autoridades en los centros de salud. “Si no tienen los instrumentos necesarios o no ejercen las normas adecuadas de higiene, entonces no trabajen en esto porque no queremos que otros bebés sufran lo que los nuestros están padeciendo. Para una madre lo peor es ver el  dolor de su hijo”, afirmó con la voz entrecortada.

Los expertos acotaron que los neonatos permanecerán en este hospital el tiempo que sea necesario.