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La Comandante que venció el machismo en la Armada

La Comandante que venció el machismo en la Armada
Foto: Lylibeth Coloma / El Telégrafo
22 de octubre de 2017 - 00:00 - Mónica Iturralde

Era viernes 13 de octubre y un sol radiante cubría el cielo de Guayaquil. Sus rayos caían sobre el agua y calentaban la madera y el hierro de los buques y lanchas acoderados en el muelle de la Base Naval Sur. Parte del atracadero estaba cubierto de delgadas tablas, algunas deterioradas por el paso del tiempo y el trajinar de los marinos y oficiales navales.

En ese ambiente, la oficial con el grado de capitán de Navío Zoila Valencia Pérez, vestida con su uniforme blanco y portando su gorra, se dirigió al Buque de la Armada del Ecuador BAE Esmeraldas. Pasó por una inclinada y estrecha escalera y antes de pisar la cubierta se detuvo para recibir los honores  del segundo comandante y tripulantes que se hallaban a bordo de la embarcación.

En ese momento se escuchó el primer sonido originado por un pito marinero, que significa  atención; después dos pitadas más que son los honores y la cuarta era la finalización del saludo al oficial.

 Dentro de la Marina, es una tradición naval que todos los capitanes de Navío cuando ingresan a un barco reciban los honores del oficial más antiguo que se encuentra a bordo del buque, explica el comandante del BAE Esmeraldas, Francisco Vásquez, quien en ese momento llegaba a la nave.

Vásquez y Valencia se conocen desde 1988, en la promoción de la Escuela Naval. La especialidad de él son los barcos y la de ella, el mantenimiento de los buques.

Hace 30 años era difícil que un oficial de la Armada le rindiera honores a una mujer,  porque era un mundo solo para  hombres. Pero los tiempos cambian y Zoila Valencia fue la primera mujer en dirigir el mantenimiento y la recuperación de las unidades navales, un área antes destinada solo para personal masculino.

Sus primeros tiempos

No fue fácil para la comandante Valencia enfrentarse y ganarse el respeto de los hombres de la Armada que sobrepasaban su edad. Ella, de profesión ingeniera naval, recuerda que ingresó en marzo de 1988 a la Escuela Superior Naval, de donde salió en 1989.

En su primera guardia en la Dirección de Ingeniería Naval formó al personal de tropa y al dar la voz de mando hicieron caso omiso y se miraban unos a otros. “Más que nada fue el no estar habituados que frente a ellos esté una mujer y les dé voces de mando. Tuve que ponerme firme y aplicar el adoctrinamiento que uno recibe durante el entrenamiento en la Armada”.

Cuando la capitán de Navío Valencia empezó a trabajar en la Armada todos eran varones y ella la única mujer oficial. Pero en su esfuerzo por lidiar con ese machismo tuvo el apoyo de su superior. “A veces hay que aplicar las sanciones para que obedezcan”.

Ella dice que mientras se sube de grado se siente el aplomo, y la gente se habitúa a ver personal femenino en el buque o en el área técnica.

Sin embargo, Valencia no niega que sí existen personas que todavía tienen ese paradigma, porque si es mujer no puede ser almirante. “Soy especialista con 11 meses de formación, la ley solo permite ese cargo para los oficiales de armas que tienen cuatro años de formación naval”.

La comandante sabe que su máximo grado es capitán de Navío, que equivale a un coronel del Ejército. Las palas sobre los hombros de su camisa muestran su jerarquía. Aunque, le hubiera gustado ser oficial de armas para tener una formación de cuatro años en la Armada.

Valencia, con 21 oficiales superiores especialistas de la fuerza naval, fue promovida de capitán de Fragata al grado de capitán de Navío por Decreto Ejecutivo del 23 de diciembre de 2010, firmado por el expresidente de la República, Rafael Correa Delgado.

La oficial prácticamente dedicó su vida a la Armada, y no le dio tiempo para formar su propia familia, pero es feliz porque aún tiene a sus padres.

La capitán de Navío Zoila Valencia, directora de mantenimiento de unidades navales, dialoga con el comandante del Buque de la Armada del Ecuador BAE Esmeraldas. Foto: Lylibeth Coloma / El Telégrafo

Mujeres de armas

Hace 10 años, la Armada fue pionera en aperturar las carreras de oficiales de armas para mujeres, obviamente tenía que prepararse porque su infraestructura estaba diseñada para personal masculino. Esto no daba cabida a las féminas de formar las filas navales.

Como ingeniera naval, Valencia participó en el diseño de un camarote femenino en la Corbeta Esmeraldas. “Se adecuó una litera doble y un pequeño baño”. Actualmente tiene su área en esa clase de transporte, lo que no pasa en los submarinos, porque son reducidos los espacios.

Valencia sostiene que siempre ha existido personal femenino en el área de Sanidad, como enfermeras, médicos y odontólogos.

 Su trabajo en la Armada

La motivación para ingresar en la Armada era llegar a la gerencia de Astilleros Navales del Ecuador (Astinave). Mas Zoila Valencia llegó a ser gerente de Producción, que “es el corazón del astillero porque es el que organiza toda la ejecución de los trabajos”.

También participó en las especificaciones técnicas en buques y lanchas de turismo, por ejemplo dónde tiene que ir tal camarote o estibar la carga. “Tenemos los astilleros navales que tienen su equipo, software y su programa con el que elaboran los diseños”.

La oficial recuerda que cuando ingresó a la fuerza naval ya existía el Buque Escuela Guayas. El buque de guerra fue construido en Italia y las lanchas misileras se diseñaron y fabricaron en Alemania.

El número 1.515

De uno de los buques de la Armada jamás se olvidará la capitán de Navío Valencia, porque vivió una maravillosa experiencia de siete meses a bordo. Es la Fragata Guayas, que en febrero de 2010 inició la regata Bicentenario Velas Sudamérica 2010.

Por su desempeño el comandante del buque, Hugo Ricaurte, la invitó al crucero internacional. “Mi mayor hazaña fue cruzar el Cabo de Hornos en el BAE Guayas. Dios nos bendijo, porque 20 minutos después impidieron el paso del buque uruguayo porque el mar se agitó tremendamente”. De ese viaje conserva una medalla entregada en Chile con la inscripción de un número, que significa que ella fue la persona 1.515 que atravesó el Cabo de Hornos.

Una travesía peligrosa

La comandante Zoila Valencia Pérez es la única oficial que participó en un crucero internacional a bordo de la Fragata Guayas durante siete meses, en 2010. Foto: cortesía Armada del Ecuador

No solo los glaciares y los paisajes impresionantes quedaron en la retina de Valencia. Esa madrugada del 14 de febrero de 2010, por poco pierde la vida junto a la tripulación de la Fragata Guayas, que se enfrentó a una terrible tormenta.

El barco estaba entre Brasil y Mar del Plata, se dirigía a Argentina, a las 04:00 de ese día fueron sorprendidos por una tormenta. Dieron la voz de alerta y todos se levantaron y fueron 10 minutos de angustia. “Estábamos escorados (inclinarse un barco por la fuerza del viento), veía que los guardiamarinas se caían, estaba petrificada en el sillón del comandante, y escuchaba al segundo comandante Carlos Zumárraga, gritar por micrófono ‘rifen las velas’, alguien cogió un  hacha y cortó la soga y el buque se estabilizó. En ese momento me acordé de mi familia y pasó mi vida por mi mente como si fuera un rollo de película. Gracias a Dios salimos de esa situación”. Un respiro asienta la frase.

La despedida

La comandante Zoila Valencia Pérez se vistió con su uniforme blanco de gala el 12 de octubre de este año para asistir, a las 19:00, a la ceremonia de aniversario de creación de la Dirección de Mantenimiento de Unidades Navales que dirige.

También la Capitán de Navío, que recibió un homenaje por sus 30 años de carrera naval, otorgó un reconocimiento a las personas que trabajan entre 30 y 40  años en la institución.

Valencia, que dejará la Armada el 16 de diciembre de 2017, espera tener más tiempo para dedicarse a sus padres, viajar a Europa y emprender algunos proyectos. “Han sido 30 años de trabajo continuo, esfuerzo y dedicación. Me merezco unas vacaciones”.

La comandante Zoila Valencia se lleva sus condecoraciones, su amor y respeto a los símbolos patrios. Su fervor por Emelec, es lo que caracteriza su personalidad.

En su etapa universitaria nació su aspiración de vestir el uniforme blanco

Cuando Zoila Valencia Pérez concluyó el tercer año de su carrera de Ingeniería Naval en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) efectuó sus primeras prácticas vacacionales en Astilleros Navales del Ecuador (Astinave). “Me impactó cómo los ingenieros administraban el astillero”. A partir de ese momento “me entró el espíritu de vestir el uniforme blanco”.  Para ello no tuvo que esperar mucho tiempo. Tras graduarse trabajó en una consultora, donde diseñaba buques para el río Guayas. Pero un aviso de reclutamiento de profesionales la llevó nuevamente a la Armada en 1988, y desde ese año ya han pasado casi 30, durante los cuales ha desempeñado honrosos cargos de jefatura, como gerente de Producción en Astinave, directora de Mantenimiento y recuperación de unidades navales. El 16 de diciembre de 2017 concluirá su carrera naval. (I)

La capitán de Navío Zoila Valencia Pérez en el buque de guerra de la Armada del Ecuador BAE Esmeraldas, acoderado en el muelle de la Base Naval Sur. Foto: Lylibeth Coloma / El Telégrafo

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