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Los ilustres de la avenida Vicente Solano requieren de mayor promoción

En la avenida fray Vicente Solano, de la capital azuaya, están ubicados los bustos de 11 personajes cuencanos.
En la avenida fray Vicente Solano, de la capital azuaya, están ubicados los bustos de 11 personajes cuencanos.
Foto: Fernando Machado / El Telégrafo
12 de agosto de 2017 - 00:00 - Rodrigo Matute Torres

La avenida Solano tiene 104 años de existencia. Dentro de la misma se levantan ocho monumentos y tres bustos de los más importantes escritores, poetas y autoridades de antaño, sin embargo, no todos los ciudadanos conocen sus identidades e historia.

Esta vía posee cuatro carriles, dos de ida y dos de vuelta. Tiene una extensión aproximada de 1,5 km. Comienza al borde del río Tomebamba, se cruza con la avenida 12 de Abril y finaliza en el sector conocido como los Tres Puentes, donde está el río Yanuncay.

“Es una avenida que fue impulsada por el gobernador Abelardo J. Andrade (1912-1916)”, dijo Jaime López Novillo, historiador y radiodifusor. En la segunda parte fue ejecutada por el alcalde Miguel Ángel Estrella, en 1953.

“Es una vía construida por liberales, pero con monumentos y bustos de conservadores”, añade.

El primer monumento con el que se encuentran los ciudadanos en esta calle es el de Remigio Crespo Toral (1860-1939), poeta y escritor cuencano. Incluso un museo se levanta en esta ciudad en su homenaje. Luego está el de Benigno Malo, escritor, político y educador, primer rector de la Universidad de Cuenca y Gobernador de la provincia en el año 1863. Al frente de este se erige el colegio centenario de la ciudad y también lleva su nombre.

A continuación está Rafael María Arízaga (1858-1933), abogado, literato, diplomático. Unos metros más adelante, en el redondel está el busto a Fray Vicente Solano, escritor cuencano y autor Eco del Azuay, primer periódico que apareció en la urbe. Nació el 16 de octubre de 1797 y murió el 2 de abril de 1865.

En el siguiente tramo de la avenida se levanta el monumento a Andrés F. Córdova, más conocido como el ‘shuro’ Córdova que llegó incluso a la Presidencia de la República (1939-1940). Su estatua fue construida por el artista Wolfran Palacio en mayo de 1992.

El  de Roberto Crespo (1851-1923) es el que viene después. Era un hombre de negocios, comerciante, industrial y banquero. “También se debería ya ir pensando en los personajes que han dado su vida por la ciudad en los últimos años, ya que no todos ocupan un sitio especial”, dijo la ciudadana Carmen Ordóñez.

Metros más abajo está ubicado el monumento a Antonio Borrero, expresidente del Ecuador (del 9 diciembre de 1875 al 18 diciembre de 1876). Este espacio se edificó en 2005.

Luego viene Enríque Arízaga Toral, quien nació en  1903 y falleció en 1985. Fue gobernador, alcalde, ministro de Hacienda y presidente del Centro de Reconversión Económica de Azuay, Cañar y Morona Santiago.

En el redondel, conocido como de la Virgen de Bronce, se levanta la efigie a Honorato Vásquez, diplomático, escritor y poeta.

Con dirección al río Yanuncay se levanta la de Antonio Vega Muñoz, un militar nacido en Cuenca en abril de 1856.

Al final, donde se ubican tres puentes, únicos en el país, se halla un busto a Severo Espinoza, alcalde de Cuenca (entre diciembre de 1959 y marzo de 1966).

Para el sociólogo, Milton Cáceres, es importante recordar la historia en el hogar y en los establecimientos educativos.

Señala que entidades como el Municipio deberían entrar en una campaña de “promoción” de estos personajes que inspiraron estos monumentos para que los jóvenes y los niños sepan de quiénes se trata y por qué se ubicaron en esta avenida. Tampoco hay que pasar por alto a los descendientes de estos personajes para que hablen de ellos y para que los nuevos habitantes también conozcan su historia.

Esta opinión fue reforzada por el ciudadano Fabián Contreras, quien indicó que en las escuelas y colegios ya no se tratan estos temas.

De su lado, el azuayo Jaime López acotó que hay un sector de la ciudad que no está a favor de estos monumentos y a eso se debe el desinterés.

“Incluso los ciudadanos dicen que algunos nombres de calles en Cuenca fueron un palanqueo para que coloquen el nombre del padre o del abuelo”.

También, indicó que es importante un debate en las escuelas y colegios para saber qué aporte  le dieron a la ciudad. (I)

 

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