En Cuenca no hay un número exacto de cuantos árboles conforman el ‘pulmón’ de la ciudad, pero sí se conoce que 47 de ellos son considerados como patrimoniales, ya sea por su edad, belleza, por ser únicos en su especie o incluso por su tamaño.

El año anterior fueron seleccionados 21 árboles tras un análisis hecho por varias personas especializadas en este campo. A ese número se suman los 9 que fueron declarados con esta categoría en el año 2013 y los 17 que se seleccionaron en la primera convocatoria ejecutada en 2007.

Estas especies, algunas de ellas únicas, están distribuidas en diferentes sectores de la ciudad. Ocho de ellos se encuentran en el Barranco del Tomebamba, entre las cuales constan: cedros, nogales, cañaros, alisos, palma nacional.

Muy cerca del Teatro Carlos Cueva Tamariz, de la Universidad de Cuenca, se levanta un árbol de alcanfor, una especie que incluso brinda sombra a los estudiantes en días soleados, mientras que en el sector del Otorongo, metros más arriba, está un yumbar, una especie maderable. En la parte sur de la ciudad, cerca del hospital Vicente Corral Moscoso está un cedrillo. El año anterior entraron a esta lista las palmas Fénix, las cuales se levantan en el sector de Sinincay en propiedades privadas, pero que fueron nominadas como patrimoniales.

Para el biólogo Danilo Minga, de la Universidad del Azuay, hay 2 especies que llaman la atención: un cañaro que está floreciendo y está ubicado muy cerca del puente del Vado, y el otro un imponente árbol de cedro que está dentro de una propiedad privada y pertenece al Sindicato de Choferes del Azuay, en la avenida Solano. “El primero es un árbol que particularmente ha crecido, su hojas son medicinales, sobre todo para los dolores de las piernas, y sus frutos fueron empleados anteriormente como alimento en tiempos de sequía”, indicó.

Otro árbol que llama la atención es una ceiba, cuyo fruto es recogido por las personas que allí viven.

El biólogo ha participado en 3 selecciones junto con la Comisión de Gestión Ambiental (CGA) de la Municipalidad de Cuenca que es la mentalizadora de este proyecto, “me parece interesante este espacio que se da a la naturaleza, ya que de esta forma se hace conciencia sobre su cuidado”, dijo, aunque añadió que algunas de estas especies han perdido su placa de identificación. El biólogo recomendó que estos árboles sean apadrinados para que tengan un mayor cuidado: “No necesariamente deben ser padrinos con dinero, pueden ser estudiantes de escuelas, lo importante es el cuidado y el mantenimiento que deben dar a estos árboles, únicos que tiene la ciudad”, dijo.

Este comentario, fue corroborado por Rolando Vélez, un cuencano que circulaba por la avenida 12 de Abril y no sabía que el árbol grande y frondoso que estaba cerca de él era considerado patrimonial. “La verdad no sabía, creo que se debe promocionar más incluso para poder cuidarles”, dijo.

Catalina Albán, titular de la Comisión de Gestión Ambiental (CGA) que está al frente de las nominaciones, indicó que el nombramiento se hace, tanto a los árboles que están en los espacios públicos como privados, en el primero de los casos es la EMAC la que se hace cargo de sus mantenimiento.

“Se ha tomado una determinación de salir cada año para ir nominando a las especies y no esperar quizá que las personas hagan las propuestas”, manifestó Albán.

La funcionaria también señaló que existe un convenio con la Universidad del Azuay para proteger y promocionar a estas especies, pero indicó también que hay vándalos que han destruido las placas de identificación. (I)