Cuenca / Machala / Ambato.-

La ropa amarilla, las uvas, las piernas de chancho son el ‘blanco’ de las compras por parte de personas en el centro y sur del país para despedir el año, pero no están exentos también los baños rituales.

En el mercado El Arenal, en Cuenca, los clientes preguntaban por ropa interior, pero que sea de color amarillo. “Quiero comprar interiores, pero hay muy pocos en el mercado”, dijo Mariana Solís, quien llegó muy temprano a este sector que fue adaptado para la venta de indumentaria desde una semana antes de la Navidad. La mujer indicó que la mayor parte ya fue vendida a compradores que durante toda la semana llegaron a este sitio.

En Machala sucede una cosa similar. “¡A dos dólares el calzón amarillo para recibir el nuevo año!”, gritan en reiteradas ocasiones en los alrededores del Mercado Central de Machala, mientras que en comisariatos y supermercados de la ciudad, las amas de casa buscan las mejores piernas de cerdo para la noche de fin de año.

Las uvas también se venden en cada esquina de las 20 cuadras del mercado. Las calles aledañas ya se han cerrado, debido a la gran afluencia de compradores.

Carmen Cedeño, comerciante de interiores, explicó que en el caso del interior, el amarillo simboliza la buena fortuna y es el que más solicitan en los alrededores del Mercado Central.

Mientras tanto en el centro del país, los baños rituales encabezan la lista de tradiciones con las que se da la bienvenida al año nuevo, en cantones de Tungurahua. Uno de los lugares predilectos para esta práctica es la cascada de Quillán La Playa, en Píllaro, como lo explica Mauricio Naranjo. “Este rito no es exclusivo de las etnias locales, pues tanto mestizos como indígenas la realizan. Primero se debe hacer la limpia con atados de yerbas, entre ellas la ortiga, la cual produce un sarpullido moderado. A continuación la persona se coloca bajo la chorrera y el agua helada se lleva las malas vibras y refresca el cuerpo”.

El baño es complementado con una rociada de alcohol. (I)