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El Telégrafo
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Entrevista / Patricia Mothes / vulcanóloga

“El Tungurahua está en calma, pero hay que estar atentos”

“El Tungurahua está en calma, pero hay que estar atentos”
Foto: Roberto Chávez / EL TELÉGRAFO
26 de abril de 2017 - 00:00 - Redacción Ciudadanía

Ambato.-

Este 2017 se cumplen 18 años en que se reactivó el volcán Tungurahua. Desde octubre de 1999 los habitantes de siete cantones (Baños de Agua Santa, Pelileo, Patate, Quero, Cevallos, Penipe y Guano), en las provincias de Chimborazo y Tungurahua, han vivido con sobresaltos por causa de los continuos ‘despertares’ explosivos del coloso. Sin embargo, el macizo se mantiene con baja actividad interna desde hace más de un año. Una pausa inusual de la que habla la vulcanóloga, Patricia Mothes, experta del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional.

¿Qué ha pasado con el volcán en el último año?

Entre agosto-septiembre del 2016 tuvo un comportamiento mayormente bajo. La actividad eruptiva finalizó a fines de marzo de 2016 y luego tuvimos un descenso. En octubre-noviembre hubo un poco de movimiento y en la actualidad se mantiene con un sismo por día de tipo LP (movimiento de fluidos al interior del edificio volcánico). En 2013, por ejemplo, se registraban 153 eventos sísmicos/día. En agosto de 1999 se registraron hasta 1.000 eventos sísmicos.

¿Qué lectura podemos hacer del comportamiento del macizo que se ha caracterizado por períodos de relativa calma e intensa actividad con explosiones?

A ver. No solamente hay pocos sismos, tampoco hay deformaciones del volcán que podrían indicar que hay movimiento interno de magma (rocas fundidas), de igual forma no hay incremento de gases.

¿Se puede pensar que la reactivación está en etapa final?

La última vez que tuvimos una actividad tan baja fue entre febrero y abril de 2011. No fue tan largo como ahora, pero luego hubo un ingreso de nuevo magma. Eso no se descarta, más bien no está apagado ni está en vías de eso. Hay que estar alertas y no bajar la guardia.

¿Qué lecciones les ha dado el volcán a los científicos?

Hemos aprendido que de ninguna manera ha subido un gran volumen de magma como ocurrió en 1886 cuando la erupción fue mucho más poderosa, o la de 1640 (fue una catástrofe y supuestamente murieron miles) o la de 1773 cuando bajaron flujos incandescentes cerca del río Bascún e incluso llegaron al parque donde estaba la Alcaldía.

¿Y la reactivación de 2006?

En 2006 no tuvo la fuerza necesaria, pero eso no quiere decir que no sea capaz de igualar a las erupciones históricas que he señalado. Su comportamiento explosivo, con altibajos, se ha prolongado y estimamos que ha producido un medio kilómetro entre cenizas y flujos piroclásticos en 17 años de actividad eruptiva con explosiones y expulsión de ceniza que ha llegado más allá de Ambato y que ha afectado a la agricultura de Quero, Tisaleo, Mocha, Pelileo y Penipe.

¿En consecuencia las autoridades no deben bajar la guardia?

Claro que no. Tenemos un Observatorio del Volcán Tungurahua (OVT) funcionando las 24 horas, vigías comunitarios, instrumentación moderna y buena comunicación. No obstante, hay que evitar que la gente involucrada desvíe su atención hacia otros asuntos ante la baja actividad. El Tungurahua está en calma, pero hay que estar atentos.

Pero mantener esa atención el volcán es ya un atractivo turístico

Cómo no. A la gente le gusta sentir la energía del volcán y acude a los miradores. Hay chivas que hacen recorridos permanentes. Hay erupciones en las que hemos podido participar sin que eso implique un riesgo directo para la vida o la salud humanas.

¿Cuáles son los escenarios posibles entonces?

Uno, que el volcán se va a tranquilizar más y podría llegar a registrarse hasta tres sismos por semana. Esto debido a que ya no posee el suficiente material con la fuerza necesaria para subir. Otro escenario es que el magma que todavía hay bajo la superficie ascienda por el conducto por causa de un sismo local importante más cercano. Sabemos que hay roca fundida todavía ahí. En todo caso ese ascenso, si ocurriera, lo registraremos oportunamente.

¿Qué riesgo implican las lluvias fuertes por el actual temporal?

Esas precipitaciones fuertes pueden remover los restos de flujos piroclásticos (mezcla de gases, material sólido y aire ardientes) que podrían formar deslaves secundarios.

La gente que vive en los alrededores del volcán tiene una experiencia única, ¿verdad?

Única en todo sentido en el país. Ellos han podido ver de cerca la fuerza del coloso y tuvieron que ajustar sus vidas e incluso cambiarlas por causa de los efectos nocivos del material expulsado. Aplicaron estrategias para continuar el cultivo de la tierra, la cual es mucho más rica y abundante en minerales por el proceso eruptivo. Baños de Agua Santa se ha fortalecido como cantón turístico en la región.

¿Esta suerte de tregua que da el coloso debería ser aprovechada por los alcaldes para intercambiar información ahora que tenemos otros volcanes que han dado señales de reactivación?

Eso sería lo más apropiado. Pero yo no he visto ese intercambio de estrategias para vivir con un volcán activo que han adquirido los alcaldes tungurahuenses con los de Latacunga y Salcedo, por ejemplo, ahora que el Cotopaxi ha dado muestras de reactivación. Los burgomaestres de Tungurahua, en mi opinión, no han sido consultados y ojalá lo hicieran. (I)

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