En abril pasado se cumplieron 66 años desde que el río Tomebamba  provocó una de las grandes destrucciones registradas en Cuenca.

El historiador Oswaldo Encalada relata que el caudal subió desmesuradamente y se llevó viviendas, cultivos y puentes. Algunos moradores no sobrevivieron.

Al parecer un deslave taponó el cauce del río en el sector de El Cajas y provocó la formación de un embalse que, al desbordarse, arrasó con lo que aparecía en sus orillas.

“El puente de Todos Santos fue el más afectado. Se llevó la mitad de su estructura”, dijo.

Para prevenir eventos similares se han instalado 64 estaciones de monitoreo a lo largo de los ríos y lagunas. Tres de ellos, los más importantes, están instalados en el Parque Nacional Cajas para vigilar el comportamiento de pequeños riachuelos y del río Tomebamba.

Según los estudios realizados en conjunto por la Universidad de Cuenca y la Empresa de Telecomunicaciones y Agua Potable (Etapa), en El Cajas cae un promedio anual de 1.200 milímetros de lluvia por metro cuadrado.

Para el técnico Mario Xavier Guallpa, la importancia de realizar el monitoreo, no solo está en cuidar el abastecimiento de agua para Cuenca, sino también en prevenir desastres como el registrado en abril de 1950.

Además de las estaciones, también está instalado y en proceso de acoplamiento el radar, ubicado a 4.450 metros sobre el nivel del mar. Según el técnico Guallpa, es el único dispositivo colocado a esa altura en el mundo. Este radar mide las lluvias y es parte del proyecto regional, denominado Radarnet-Sur, el mismo que está conformado por una red de 3 radares instalados en el Cajas, Loja y Celica (provincia de Loja).

El CAXX, como también se le conoce a este instrumento, está ubicado en el cerro Paraguillas. Tiene un alcance de 100 km, cubre el área completa de las provincias de Azuay y Cañar, y áreas parciales de las provincias del Guayas, Loja y Morona Santiago. Fue donado por la Fundación Alemana para la investigación y tiene 15 años de vida útil.

Con los datos que disponen los técnicos comenzaron a elaborar mapas de precipitación, en alta resolución (cantidad, intensidad y distribución) y de esta forma se puede detectar zonas de erosión, disponibilidad de agua para las plantas de tratamiento y la agricultura, pero también para el manejo de cuencas hidrográficas.

Para el gerente de la Etapa, Iván  Palacios, es importante este tipo de vigilancia, para evitar pérdidas humanas, pero también para saber qué decisión tomar en cuanto al suministro de agua potable.

“El río Tomebamba es el principal abastecedor de agua para la ciudad”, dijo Palacios. La Etapa sirve al 98% de su población que fluctúa sobre los 270 mil abonados. En caso de lluvias se puede prevenir en las plantas de agua de tratamiento el tema de turbiedad (agua con desechos que son arrastrados por las corrientes), y, en caso de sequía, tomar decisiones para brindar el suministro adecuado a la población.

Según, Xavier Fernández de Córdova, gerente de Agua Potable, la planta El Cebollar, que se abastece del río Tomebamba, trabaja con 1.000 litros de agua por segundo. “Allí la importancia de cuidar, también el Parque Nacional Cajas y sus afluentes”, indicó Fernández.

En el Cajas existen 3.568 cuerpos de agua, de ellos, 174 son lagunas mayores a 1 hectárea; 244, lagos mayores a 5 hectáreas; 244, lagos someros y charcas. (I)