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El Telégrafo
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Tres provincias intercambian artistas

El arte llega a varios rincones del norte de Ecuador

A través de espacios culturales y artísticos, colectivos barriales buscan que la comunidad fortalezca su identidad, se una y mejore su dinámica de convivencia.
A través de espacios culturales y artísticos, colectivos barriales buscan que la comunidad fortalezca su identidad, se una y mejore su dinámica de convivencia.
22 de noviembre de 2015 - 00:00 - Verónica Endara

Con el objetivo de fortalecer la identidad barrial, la organización Vientos del Sur trabaja con moradores de barrios y comunidades de Carchi, Imbabura y Pichincha, en producciones artísticas.

Muralistas, pintores, personas que se dedican a las artes visuales, teatreros, titiriteros, bailarines y más conforman este colectivo que funciona como una red de colectivos artísticos y culturales. Talleres de pintura, teatro, títeres, espectáculos de música y danza, son algunas de las actividades que sus miembros promueven en lugares que por su lejanía, o por ser consideradas zonas rojas, no llegan.

Vientos del Sur se formó hace 10 años en Ibarra y se extendió a Carchi y Pichincha. Su objetivo es llevar procesos culturales y artísticos a varios lugares, para lo cual trabajan con los colectivos propios de cada comunidad. Afrodescendientes, mestizos, indígenas, Vientos del Sur lo conforman una gran diversidad de culturas.

William Trujillo (40 años), uno de los miembros de la organización, comenta que Vientos del Sur quiere crear procesos culturales para reconstruir un nuevo tejido social, justamente en aquellos lugares donde, por ejemplo, se viven cada día actos violentos. Además, buscan que los ciudadanos que no pueden acudir a los eventos culturales organizados por autoridades, como Municipios, tengan acceso a este tipo de actividades. “La idea es aportar al movimiento social con nuevas herramientas artísticas y comunicacionales” agrega.

Trujillo considera que el mayor aporte que da el colectivo es que las comunicaciones y las artes ofrecen a los pobladores mirar de una nueva manera los barrios desde lo estético hasta lo organizacional.

Darío Pomasqui (33 años) es pintor y vive en Chaltura, a 10 minutos de Atuntaqui, Imbabura. Hace 4 años creó el colectivo Shaltura, conformado por 10 personas que no necesariamente están relacionadas con actividades artísticas pero que participan en la organización de los cerca de 10 mil habitantes de la comunidad. Con la ayuda de Vientos del Sur ha podido llevar a cabo diferentes actividades culturales.

“El colectivo nació con la necesidad de organizar a la gente porque aquí están todos dispersos” comenta Pomasqui.

Cines barriales, títeres y teatro son algunas de las actividades que realizan durante el año. Asimismo, en un día realizan murales y la minga comunitaria donde todos los vecinos comparten. Además cuentan con un grupo de danza de niñas y un grupo de jóvenes denominados RG que se dedica a la organización de actividades deportivas en las que participan todos los de la comunidad, adultos y menores.

Pomasqui considera que revivir los juegos tradicionales del sector, por ejemplo, es un modo de rescatar la historia. Agrega que con las jornadas muralísticas, títeres, cuentacuentos, danza y música, son un modo de llevar el arte y la cultura a todos los espacios del barrio y de las comunidades para que los vecinos convivan mejor.

“El arte nació en las comunidades, en el pueblo. Desde ahí se llevó a las ciudades donde hay grandes teatros y grandes galerías, y dejó de formar parte de las comunidades. Con estas actividades tratamos de que el arte vuelva a ser del pueblo, donde nació” comenta Pomasqui.

Andrés Chafuelan (25 años), integrante del grupo musical Evolet y presidente de la comunidad El Milagro, Carchi, también organiza en su población actividades culturales con la ayuda de Vientos del Sur.

Niños, jóvenes y adultos, de los cerca de 100 habitantes de la comunidad —según Chafuelan— participan en grupos de danza y de música, la bomba es el género predilecto. “El objetivo es fortalecer la organización comunitaria y no perder las tradiciones y la identidad a través de diferentes actividades” explica Chafuelan.

Una de ellas —menciona— es la minga comunitaria. Además, se lleva al lugar obras de teatro, títeres y talleres de pintura.

Dentro de la comunidad hay otros grupos que se organizan para hacer diferentes actividades. Uno de ellos es de los padres de familia de la única escuela del lugar, Emilio Uzcátegui.  

Los diferentes colectivos de Carchi, Imbabura y Pichincha buscan, a través del arte, unir a los pobladores de sus comunidades para que se organicen. Vientos del Sur trabaja con alrededor de 15 barrios en las 3 provincias.

Festival Monte Adentro

En agosto, Vientos del Sur organiza el Festival Monte Adentro. Este año fue su quinta edición. Este evento se ha convertido en una vitrina de la creatividad barrial.

En el Festival se realizan alrededor de 70 actividades en las 3 provincias. “Es una fiesta de la comunidad campesina y de los barrios. El objetivo es que se convierta en punto de llegada de diferentes expresiones artísticas. La idea es que sea un recipiente de la producción artística y cultural, barrial y campesina” comenta Trujillo.

Por ejemplo, buscan que la gente conozca la música afro que tienen las comunidades aledañas al río Mira, ubicado en la frontera entre Ecuador y Colombia, el arte y la poesía de los campesinos y la tradición oral de los pueblos.

De acuerdo con Trujillo, el objetivo es llegar a aquellos lugares lejanos, o zonas consideradas peligrosas, que no son incluidos en actividades artísticas o no pueden acceder a ellas, Monte Adentro también se ha convertido en un espacio de denuncia en que la principal queja es la exclusión. “En estos últimos 8 años ha existido una inversión en lo social bastante grande, estamos muy contentos, pero no es suficiente. Nosotros buscamos aportar a las transformaciones pero directamente a la vena” dice Trujillo.

Las comunidades, además de participar en estos eventos, tienen la posibilidad de fortalecer sus destrezas artísticas formando grupos. “El festival les pertenece a los barrios y a las comunidades campesinas en las que hay indígenas, afrodescendientes, mestizos, es una fiesta, un encuentro de la diversidad” comenta Trujillo. (F)

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