San Lorenzo es una comunidad que apunta al turismo. Su playa es ideal para la práctica del surf, con una ola que pega duro y que es difícil de dominar; además está el faro, ubicado en lo alto del cerro Cabo San Lorenzo, su exquisita gastronomía y los atardeceres encantadores.

Pero en la localidad rural de Manta hay otra actividad atrayente y es la ambiental. Este sector de la Costa ecuatoriana es uno de los principales sitios para la llegada de tortugas marinas para depositar sus huevos, especialmente de las golfinas (Lepidochelys olivacea).

La temporada alta es de agosto a diciembre, pero durante todo el año llegan estos reptiles a dejar sus crías.

“No podría dar una explicación específica para que haya una temporada alta, pero en los 5 años que el MAE lleva un registro riguroso de la llegada de tortugas, la actividad de esta en la playa es mucho más alta desde este más hasta fin de año”, indica Iliana Solórzano, administradora del Refugio de Vida Silvestre Marino Costero Pacoche.

En lo que va del año ya van 13 nidos de golfina entre las playas de San Lorenzo, Río Caña, La Botada y Ligüiqui. Una tortuga deposita hasta 130 huevos y tienen un promedio de 80 a 90 tortugas nacidas y que llegan hasta el mar.

“Nosotros les damos un cuidado extremo hasta que llegan al mar. Ya después hay factores que afectan la vida de la especie, como la cadena alimenticia y la pesca”, resalta Solórzano.

En 2016, el Ministerio del Ambiente garantizó el nacimiento de más de 25 mil tortugas marinas, entre golfinas y verdes, que son las 2  especies que llegan hasta la parte sur de Manta.

Debido a esta particularidad, el Gobierno Provincial de Manabí nombró en sesión de Consejo del pasado lunes a San Lorenzo como Génesis de la Tortuga Golfina en la región costera del Ecuador, reconocimiento con el que apunta a potenciar el turismo en la zona, así como dar mayores facilidades para el cuidado de la especie, destaca Leonardo Hidalgo, director del departamento de Turismo de la Prefectura.

Para Kléber Reyes, presidente del GAD Parrquial de San Lorenzo, la declaratoria por parte del GPM es una motivación para que los habitantes se apersonen con el cuidado de las tortugas marinas. “Nuestro sector es muy beneficiado por la naturaleza. Queremos potenciar a San Lorenzo en una línea de turismo tranquilo”, expresa el dirigente.

Clara Zambrano, viceprefecta, indica que la meta es que San Lorenzo sea reconocido mundialmente por el tema de las tortugas golfinas, “así como sucede en Puerto López, que lo conocen por las ballenas”.

El caparazón de las golfinas tiene una longitud entre 60 y 70 centímetros en los adultos. La especie es la más abundante entre las tortugas marinas, pero su población se ha reducido un 30% en los últimos 20 años.

En el proceso de desove, las tortugas cavan huecos de 40 centímetros para depositar sus huevos, que son dejados por las madres a una distancia aproximada de 40 metros desde el mar.

Para realizar un correcto estudio de las tortugas, el Ministerio del Ambiente (MAE) implementó desde 2012 un proyecto de monitoreo las 24 horas del día.

Como parte del proceso de estudio, técnicos y guardaparques del refugio realizan el marcaje de la especie mediante placas de registro, aprovechando el arribo de cada tortuga golfina. (I)