Desde los 6 años, Martha Terán empezó su vínculo con el ballet. Su preparación inició en Portoviejo.

Paralelo a sus estudios de Educación  Artística especialidad en Danza, en la Universidad Técnica de Manabí, se formó en Guayaquil con Cuballet, y trabajó de profesora en el Conservatorio de Arte de Portoviejo.

En diciembre de 2011 viajó a Cuba para especializarse en Psicoballet. Esta modalidad le enseñó a ver la danza desde las emociones. “El psicoballet me ayudó mucho en una época muy difícil en Cuba. Agradezco a la maestra que me enseñó, Giorgina Fariñas, creadora del método. Recuerdo que me dijo que le ponga muchas ganas y amor. Eso es lo que estoy haciendo. Cuando nació mi sobrina María Victoria (tiene parálisis cerebral infantil y retinopatía prematuro) requería que la danza no fuera solo trabajo físico, sino algo más profundo, del alma. Entonces encontré eso en el psicoballet.”

Durante su estancia en Cuba, realizó pasantías en la escuela de no videntes Abel Santa María, en el círculo infantil de niños Down ZunZun y Arte Vida de jóvenes con otros síndromes.

A su regreso trabajó como docente de Educación Artística en la UTM, donde aplicó el Psicoballet con adultos mayores.

En 2015 creó el Centro Martha Terán, donde los infantes se sienten parte de un lugar en el que el respeto, la inclusión y el amor son parte fundamental para ser una mejor persona.

“Mi objetivo no es formar profesionales en danza, busco que las personas puedan mejorar sus sentimientos a través de esa disciplina. (I)