Las aguas cristalinas y el entorno verde hacen que el mantense Rubén Pérez defina, con semanas de anticipación, que para este carnaval irá a los balnearios de agua dulce de Manabí.

Quiere pasarla bien, en familia, y disfrutar de la naturaleza y  de la comida que se expende en estos lugares. Hace poco estuvo por primera vez en el balneario Las Jaguas, en Rocafuerte. El sitio lo dejó encantado.

“Estos lugares son hermosos, porque los niños pueden recrearse; en cambio en la playa  hay mucho peligro para ellos, como las olas”, explica el turista antes de darse un chapuzón.

Las Jaguas es uno de los más de 60 balnearios que hay en Manabí. En Rocafuerte existen varias alternativas para los bañistas, por ejemplo, Los Pocitos.

Verónica Falcones es una manabita que ha recorrido varios espacios similares en su provincia. Asegura que es una buena decisión elegirlos para recrearse y relajarse. A Irene Delgado, de San Antonio (Manta), siempre le han  llamado la atención los ríos, sobre todo porque aparte de un baño,  puede escoger la comida que desee, desde un plato de gallina criolla hasta bocados como empanadas y corviches.

La comerciante Hilda Muñoz, que atiende en uno de los locales de Las Jaguas, no lleva la cifra de cuántos bañistas asisten al lugar en esta época, pero destaca que son muchos. “Este es un sitio amplio, es fresco y bueno para la venta; tenemos comida de diferentes precios para comodidad del cliente”.

El almuerzo completo cuesta $ 3,  la comida criolla como seco o caldo de gallina está cerca de los $ 5.  El balneario tiene más de 15 años recibiendo visitas.

Otro punto reconocido como un atractivo turístico natural es La Estancilla, en el río Carrizal, ubicado en la vía Tosagua-Calceta. Los comerciantes de la zona dicen que por temporadas altas, el lugar recibe cerca de 7 mil turistas de diferentes partes del país.

A la visitante Patricia Ibarra le gusta el río porque no es hondo y el agua tiene una temperatura cálida. “A mi familia le agrada mucho venir a Tosagua por la belleza natural y la rica comida”.

Para David Ibarra, este “es un lugar muy agradable y hay más espacio para el esparcimiento”. Cuenta que llegó a La Estancilla por recomendación de un amigo.

Rosa Vargas, de Tosagua, asegura que este balneario comenzó a recibir visitantes asiduos hace como unos 15 años. Ella vende todos los domingos alitas y pinchos. “Le digo a mi lindo Ecuador que venga, aquí se pasa bonito y se goza con música, baño y comida”.  

Rubén Loor destina los fines de semana un espacio de su propiedad, contigua al balneario, para estacionamiento privado. Ofrece guardianía, mientras que un familiar hace comida criolla y oferta piqueos cocidos en horno de leña.  

“La Estancilla tiene una cascada artificial, que se forma en el represamiento de agua. Con los comerciantes de aquí hay una visión para posicionarlo, a corto plazo, como uno de los mejores balnearios de agua dulce de Manabí”.

En el sitio hay una pequeña isla, a la que bautizaron Caipiriña. Ahí instalaron parasoles y sillas de alquiler. Los turistas Daniel Solórzano y Pedro López afirman que van a recomendar el lugar por ser atractivo.

El cantón Santa Ana también tiene lugares para visitar en carnaval. El funcionario municipal Luis Prado dice que en la ruta turística, desde el centro urbano hasta Poza Honda, hay 35 balnearios, entre estos La Poza, San Valentín, La Lucha y Nevis, además de quintas. “Hemos promocionado mucho los balnearios antes de carnaval”, explica. (I)