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El Telégrafo
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En octubre el conjunto cumplió un año y cuenta con 50 socios

Las bicicletas clásicas recorren las calles de Portoviejo los jueves

Los amantes a las bicicletas clásicas recorren vías como la Urbina y del Periodista.
Los amantes a las bicicletas clásicas recorren vías como la Urbina y del Periodista.
Foto: Rodolfo Párraga / El Telégrafo
29 de octubre de 2016 - 00:00 - Vivian Zambrano Macías

Portoviejo.-

El sonido del timbre de más de 30 bicicletas capta la atención de los portovejenses que transitan por la calle Urbina. Se trata de los integrantes del Club de Bicicletas Clásica La Historia, de la capital manabita, formado el 28 de octubre de 2015.

La idea de conformar un grupo de restauradores y amantes de las bicis antiguas empezó cuando Iván Intriago, presidente de la agrupación, decidió arreglar su Royal Excelsior, hecha en Inglaterra, en 1928, para darle utilidad.

La adquirió en Jipijapa. Le perteneció a un investigador inglés que llegó a ese cantón en 1939. Para ir a la par con sus vehículos antiguos, Intriago motiva a sus compañeros a lucir la vestimenta que se usaba en los años cincuenta: cachucha, mangas largas, tirantes, pantalón clásico y zapatos de suela.

Intriago ha restaurado 13 bicicletas de diferentes marcas, para lo que ha invertido $ 4.000. El club se comprometió a recorrer todos los jueves las principales calles de Portoviejo. Walter Durán, de 37 años, recuerda que este tipo de vehículos, a los que él conocía como ‘panaderas’, se usaban para cargar la leche, el pan y demás insumos que llegaban a los hogares.

Ahora, él se traslada a todos lados en uno de estos modelos clásicos. Los jueves, él es uno de los ciclistas fijos para el recorrido, que siempre queda planificado los lunes. “Esta era utilizada para carga y trabajo pesado en el campo, ahora es para paseo, otro tipo de actividades y exhibiciones”.

Durán ha reparado 8 bicicletas. “Las he adquirido en estado abandonado. Todos los compañeros tienen la misma historia”.

El club, que también están integrado por Freddy Bravo y el cubano Sonick Nicieza, exhibió sus restauraciones en el desfile por los 196 años de Independencia Política de Portoviejo. Además estuvo en Chirijo, en el Festival del Caldo de Gallina Criolla; en Pueblo Nuevo, en las fiestas patronales de San Ignacio de Loyola; y en el cantón 24 de Mayo.

Desde pequeño, Enrique Hernández conoció las A Go-go, Caloi, Chopper y Royal (bicicletas ‘panaderas’). Sentía la inquietud de tener una y ahora disfruta de ellas a plenitud. “Hemos decidido rescatar esta tradición”.

Su medio de paseo, que sacó hace un mes de un gallinero, está totalmente cambiado, renovado. “Compré la bicicleta casi podrida, no tenía ciertas cosas, lo único que valía era el trinche, el cuadrante y la catalina, el resto son todas piezas nuevas”.  

El mecánico del club es Francisco Alvarado. Desde hace 30 años se dedica a la restauración de bicicletas. Cuenta que este oficio es una tradición en su familia. Las arregla en su taller Pedalea por la vida.

El valor para restaurarlas puede superar los $ 300. Las piezas son compradas en Guayaquil y Colombia. “Lo que hacemos les gusta a todos nuestros amigos. Surgimos con pocos integrantes en el club y ahora somos 50”. Él asiste a todos los paseos principalmente para dar auxilio a alguno de sus compañeros.    

Jhonny Farfán y su esposa, Inés Ramírez, otros socios del club, destacan que lo que generalmente ven en una bicicleta antigua es que el cuadrante no esté soldado.

Jhonny Moreira tiene una ‘panadera’ y recuerda que la compró a $ 50. Néstor Gallegos, exfuncionario público, asegura que el ciclismo tiene muchas ventajas, no solo la actividad física, sino el contacto con la naturaleza.  

Jimmy Miranda es otro apasionado de estos vehículos. No le importó gastar $ 5.000 en 3 modelos de Chopper, porque destaca que el gusto por las bicicletas es una pasión. (I)

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