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Ecuador, 28 de Marzo de 2024
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El Telégrafo
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La pesca artesanal en Los Esteros atrapa las miradas de los turistas

Las jornadas de trabajo de los pescadores son, principalmente, los lunes, miércoles y viernes.
Las jornadas de trabajo de los pescadores son, principalmente, los lunes, miércoles y viernes.
Foto: Vivian Zambrano / El Telégrafo
01 de julio de 2017 - 00:00 - Vivian Zambrano Macías

Miriam Zamora camina junto a su padre, Jacinto, por el balneario de Los Esteros en Manta. A medida que avanza observa la llegada de  pescadores en bongos. Detiene su paso para observar el desarrollo de esta actividad donde hombres y mujeres ayudan a halar las redes.

Enseguida toma la cámara y capta el momento. Se le viene a la mente un recuerdo de su niñez: sus abuelos y su papá también fueron pescadores. Disfruta de ese entorno donde aves como las tijeretas llegan queriendo cazar lo capturado y se suman a un paisaje que envuelve.

Miriam mostrará las gráficas a sus amigos en Italia, donde reside desde hace varios años. Hace 5 años que esta turista ecuatoriana que no veía la actividad. “En Italia no se observa esto, allá las playas son más turísticas”. Por su parte, Jacinto, su padre, asegura sentir una emoción grande: “Recuerdo mis tiempos de antes”.

El pescador Santiago Quimís comenta que así como Miriam hay varios ecuatorianos residentes en otros países que llegan al lugar a ver la actividad. “También se suman los extranjeros y viajeros que se quedan hipnotizados”.

Santiago labora en estos bongos,  con redes autorizadas (chinchorro de playa) tal como sus colegas de faena, 3 veces a la semana (lunes, miércoles y viernes) y según la marea. “Aquí, a esta playa, llegan de China,  España, Italia y de otros lados. Vemos que se emocionan y toman fotos. Esto sigue siendo un atractivo para los turistas”, señala el joven que, aunque estudia, quiere seguir con su tarea en el mar.

Hugo Tubay (70 años) es propietario de uno de esos botes. La misión es capturar sardinas, que son recogidas y depositadas en gavetas plásticas  y vendidas a comerciantes para hacerlas harina. Lleva casi 50 años pescando y siempre su punto de salida ha sido la playa de su parroquia.

Trabaja con la marea baja “con la llena no se puede laborar”.  El viernes fue la marea perfecta. Llenaron varias cubetas. Son 10 pangas que realizan la actividad, otras 30 son lanchas que reposan sobre la arena de este balneario hasta salir de faena. Estas adornan la playa.

A Tubay le motiva saber que hay personas que le dan tanta importancia a lo que hacen.

José Anchundia (50 años) es un pescador de la zona que en fibra captura las especies sierra, picudo y bonito. Su tarea es de 15:00 a 03:00, tres veces a la semana.

José mira la zona y le gustaría que haya obras turísticas para mejorar el lugar.

Carlos González, presidente de la Federación de Barrios de la parroquia, menciona que a la playa de la zona (cerca de 5 kilómetros de extensión) llegan muchos visitantes especialmente por la pesca artesanal que ahí se ejerce.

No obstante, es consciente de que hay que descontaminar para que la atracción sea mucho mayor.  “Los que hacemos dirigencia, estamos preocupados y queremos que  esta playa sea turística, porque hay mucho que ver, como el astillero donde se construyen barcos”.

Existe el proyecto de hacer una playita pasando el cruce del río Muerto para el turismo. Esa parte todavía está limpia, pero hay que hacer inversión. “Ese plan no se ha podido hacer por falta de recursos, hay que meter maquinarias y ahí sí promocionar”.  (I)

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