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El Telégrafo
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La actividad era practicada por los habitantes de las culturas Valdivia y Jama Coaque

Con puntas de hierro comuneros extraen ostiones en Punta Palmar

La extracción de ostiones es una actividad familiar que se desarrolla en 5 enclaves marinos de Pedernales.
La extracción de ostiones es una actividad familiar que se desarrolla en 5 enclaves marinos de Pedernales.
Foto: Leiberg Santos / EL TELÉGRAFO
14 de octubre de 2017 - 00:00 - Patricio Ramos

Pedernales.-

Cuando baja la marea en La Playita de Punta Palmar, sector Coaque, suroeste de Pedernales, los habitantes se llenan de júbilo. Se trata de la súper baja mar que deja al descubierto los arrecifes y los mantos rocosos en una longitud de 5 kilómetros. Ese es el hábitat del ostión, uno de los majares ancestrales de la zona. Sucede una vez al mes.

Los comuneros de Coaque lo extraen de forma moderada. Saben que para que el molusco llegue a su edad madura deberán pasar al menos 12 meses, eso también contribuye a la preservación.  

Lúber Andrade es uno de los pescadores artesanales del lugar. Junto a tres amigos se dirige desde el poblado hacia La Playita cuando baja la marea. Equipado con puntas de hierro parecidas a los cinceles y también con martillos, camina presuroso con dirección al manto rocoso y de arrecifes que dominan el playón. La bruma y una leve presencia de neblina se abrazan al filo del mar que se ha recogido por 12 horas y permite a los pescadores ir en busca de los preciados ostiones.

Hay que trabajar con rapidez comenta Lúber, mientras junto con sus compañeros de faena se desliza entre las resbalosas rocas. Con los martillos golpean el arrecife, esperan escuchar un sonido hueco, esa es la señal de que en alguna porción de la roca está pegada la concha de ostión. Una vez localizada, suavemente ubican la punta de hierro entre la concha y la roca. Luego dos golpes leves con la ayuda del martillo y el molusco se desprende.

Tiene entre 15 y 20 centímetros de diámetro. Está en la edad de cosecha. Acto seguido, con la ayuda de un cuchillo, abren la concha y extraen la carne blanca de volumen suave. Se necesitaban 20 conchas para preparar un almuerzo ancestral al filo de la playa. Se trataba de un banquete que emulaba la tradición de los habitantes precolombinos que estaban agrupados en la cultura Jama-Coaque que residió en el lugar.

En la zona, mientras los hombres extraen el molusco, las mujeres se encargan de la preparación de los alimentos. Al ostión se lo puede comer una vez extraído de la concha.

Bastan dos tajadas de limón, sal y pimienta al gusto y se disfruta al filo del mar un buen cebiche comenta Perlita Rosado, residente de la comuna Eloy Alfaro ubicada 60 minutos al norte de Coaque.

Actividad milenaria

La extracción del ostión en Pedernales es milenaria, según Luis Puertas, empresario e investigador de la historia de este cantón del norte de Manabí.

Hay evidencias arqueológicas, entre ellas se han encontrado abundantes sitios de acopio de conchas, las cuales quedaron al descubierto luego de que los huaqueros saqueaban las zonas donde había entierros fúnebres de los antiguos habitantes de la zona, comenta Puertas.

“La mar, afirma el empresario, nos provee desde hace miles de años en Pedernales. Lo que hacemos es seguir cosechando moderadamente los mariscos que fueron alimentos ancestrales”. Las zonas concheras donde existen grandes cantidades moluscos se ubican a lo largo del perfil de la costa de Pedernales.

Puertas asegura que la extracción, por ejemplo del ostión, se da especialmente en invierno, cuando las olas retiran la arena que cubre los arrecifes y mantos rocosos.

Esa arena es como una forma natural de protección, mientras la concha se desarrolla hasta alcanzar la madurez y reproducción.

La arqueóloga y docente de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) Josefina Vásquez cuenta que con un grupo de estudiantes del establecimiento trabajan en los estudios sobre la presencia de culturas precolombinas en la zona.

“Nos hemos percatado que hubo presencia Valdivia y Jama-Coaque”. Vásquez, además encontró grandes basurales de conchas, lo que deja en evidencia que los antiguos residentes se servían de los manjares del mar entre ellos del ostión.

Era un marisco que al parecer se consumía en temporadas y fechas especiales, pues no es que sea un producto del día a día, refirió.

El aporte de la USFQ no solo es buscar información sobre los asentamientos precolombinos, además su investigación servirá para la instalación en un futuro de museo en Coaque, pues el objetivo es hacer conocer la riqueza arqueológica del lugar y así provocar que el turismo empiece a frecuentar este enclave marino.

El ostión alcanzó notoriedad y desde hace nueve años se realiza un festival en honor de este molusco. Es para dar a conocer como actividad ancestral la extracción que se conserva en Pedernales, comentó Indira Puertas, directora de turismo del Cabildo local.

Se trata de una fiesta donde en principio participaban los habitantes de 25 comunidades del cantón. Indira afirma que, por ejemplo, al festival del ostión asisten los pobladores vecinos de Coaque y cuando en otra comunidad tienen su celebración, los de Coaque devuelven la visita.

Este tipo de festivales, incluido el de la corvina, desde hace dos años son publicitados por el Ministerio de Turismo en las páginas de internet.

Ahora llegan a Pedernales incluso turistas extranjeros. Lo hacen por los festivales y quedan prendados de las playas y los paisajes marinos. Muchos planifican regresar y lo hacen por largas temporadas, reseña la funcionaria municipal. (I)

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