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El Telégrafo
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La calle tomás sevilla es el epicentro de esta actividad que se extiende por las transversales

Más de 1.000 informales no dejan las calles, a pesar de los controles

Los expendedores de mercancías al menudeo se sitúan en las veredas y parte de las calles Sevilla y Cuenca.
Los expendedores de mercancías al menudeo se sitúan en las veredas y parte de las calles Sevilla y Cuenca.
Foto: Roberto Chávez / El Telégrafo
14 de enero de 2017 - 00:00 - José Miguel Castillo

Ambato.-

Sara Masaquiza introduce calcetines, prendas interiores, pilas y correas en un bolso fabricado con tela de yute. Ella es comerciante informal. Esta fibra textil le permite guardar toda su mercancía a prisa.

Luego se cuelga la bolsa en el hombro para ‘camuflarse’ entre cientos de personas que a las 10:00 del lunes 9 de enero caminan por la céntrica calle Tomás Sevilla, en Ambato.

Esta calzada es considerada como el epicentro del comercio informal. A lo largo de 11 cuadras, desde la 12 de Noviembre hasta la Lizardo Ruiz, los mercaderes se sitúan en aceras y calles para ofertar legumbres, hortalizas, frutas y variopintas mercancías cuyos costos varían entre $  0,50 y $ 5. Según las estimaciones municipales hay más de 1.000 informales deambulando en las calles. Su presencia se da a notar especialmente los lunes que es el día comercial más importante de la semana para la capital provincial.

Sara es indígena salasaca. Ella defiende su trabajo porque dice tener 3 hijos que alimentar y un esposo albañil sin trabajo. “No tengo miedo a los policías municipales.

Hacemos como que nos retiramos de las veredas y ellos nos dejan tranquilos”, dice esta mujer de 40 años, mientras abre el bolso esta vez en la esquina de la Sevilla y la Cevallos. Su ganancia no supera los $ 10 diarios, pero como ella misma dice: “Es algo para llevar a la olla”.

En el último año las ventas informales se han extendido hacia zonas que eran fuertemente controladas como los parques Cevallos, Montalvo y 12 de Noviembre. Esto ocurre a pesar de los controles municipales y la invitación del alcalde Luis Amoroso para que se ocupen los puestos de plazas y mercados.

Jonathan Álvarez, director municipal de Servicios Públicos, explicó que hay más de 1.000 puestos disponibles en los centros de expendio. “Hay 109 locales vacíos en las terrazas del Centro Comercial Artesanal, 600 en el Mercado América y 300 en los mercados remodelados como el Central, el Modelo y el Colón. Quienes deseen ejercer el comercio en esos sitios son bienvenidos”.

Al pie del mercado Modelo, en la intersección de la Sevilla y la 12 de Noviembre, la Policía instaló unas 20 vallas metálicas para evitar que las ventas se situaran allí. Sin embargo, los informales las usan para apoyarse y descansar.

“Es poco lo que podemos hacer. Tengo más de 30 años como policía municipal y en los últimos meses he enfrentado situaciones violentas. Nos amenazan de muerte, nos golpean e insultan. Nosotros tenemos también familia y sentimos que estamos remando a contracorriente”, comenta un policía municipal que no quiso identificarse. Y añadió: “Somos alrededor de 60, pero necesitamos por lo menos de 100 para mantener los alrededores de los mercados despejados”.

Los controles se intensificaron desde octubre de 2016. Cecilia Naranjo, directora del Consejo Municipal de Seguridad Ciudadana (Comseca), explicó que las acciones  comenzaron en las calles y aceras de la plaza Primero de Mayo. Luego  nos extendimos a los mercados Modelo, Central y otros”.  

El lunes 9, a las 11:00, el informalismo se había apoderado de las aceras y parte de la calzada de la Tomás Sevilla. Esto ocurría entre las calles Primera Imprenta, Secundino Darquea, Bolívar, Cristóbal Colón, Cuenca, García Moreno y otras. (I)

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