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LOS PERSONAJES APARECEN en los desfiles de la mama negra tanto en septiembre como en noviembre

Los ashangueros cargan y proveen comida y bebida en las comparsas

Cada año esta figura llama la atención ya que se gana la admiración de cientos de turistas.
Cada año esta figura llama la atención ya que se gana la admiración de cientos de turistas.
Foto: Silvia Osorio / El Telégrafo
08 de octubre de 2016 - 00:00 - Silvia Osorio

Latacunga.-

La ashanga es un artefacto doméstico de carrizo u otro material que servía en las haciendas para colgar del techo los alimentos fuera del alcance de los roedores. Esta palabra kichwa en la actualidad se utiliza para dar nombre a un personaje pintoresco que sobresale en las fiestas populares y en el desfile de la Mama Negra: el ‘ashanguero’.

Vestir el llamativo atuendo de esta figura requiere de preparación y es una tradición heredada de padres a hijos en Cotopaxi. Así lo refiere David Calvopiña quien a los 5 años le pidió a su progenitor que el año siguiente le permitiera desfilar con la Mama Negra como ashanguero.

En la actualidad este individuo es el responsable de trasportar durante todo el desfile la comida y bebida que luego se repartirán los participantes de las comparsas. Según los historiadores tiene orígenes paganos y representa a los mercaderes. Hoy David tiene 10 años y está convencido de que ser ashanguero es un asunto de valientes. Sobre sus frágiles hombros carga entre 40 y 50 libras de comestibles. Casi más de la mitad de su peso corporal.

Él está conforme de su suerte pues considera que así continúa con la devoción de sus padres a la Virgen de Las Mercedes, conocida como la ‘Patrona del Volcán’. Un apelativo que se relaciona con la intervención de esta santa para detener la furia del Cotopaxi en 1742.

David manifiesta su deseo de seguir como este personaje, ya que según él la Virgen evitó que su perro muriera al caer del segundo piso de su casa. Otros opinan similar.

“Para mí, ser ashanguero o también conocido como tiznado es un acto de fe y sacrificio”, dice Ricardo Veintimilla, de 52 años, de los cuales 20 ha intervenido en el desfile de septiembre y también en el de noviembre. “Nos preparamos por lo menos con 2 semanas de anticipación. El traje que usamos cada año es nuevo. Utilizamos tela satinada con colores vivos como turquesa, amarillo, naranja y azul eléctrico”.

Este año Ricardo y su grupo de compañeros eligieron el turquesa. Para ellos representa la alegría con la que dedican su esfuerzo a la Virgen. Los más altos y fuertes pueden cargar hasta 2 quintales.

En la ashanga usualmente llevan  un cerdo pelado y condimentado, gallinas, cuyes y conejos listos para cocer. También portan botellas de licor, vino, tabacos, frutas, caramelos y hasta cuadros o imágenes de la Virgen de Las Mercedes. Como adorno usan banderines multicolores. La carga del ashanguero puede costar unos $ 300. Sin embargo, todo este peso lo portan hasta 5 ashangueros por turnos.

No obstante, uno de ellos está considerado el ‘principal’ y por ende debe soportar el peso por lo menos durante el 80% del trayecto.

Las esposas, madres y familiares los acompañan hasta el final del desfile para despositar el cerdo, los cuyes y gallinas. Ellas se encargan de los detalles y la preparación.
Temprano, los ashangueros se reúnen en la casa del prioste para verificar las cargas y pintarse el rostro de negro o tiznarse. De este modo mantienen su anonimato y remarcan su sacrificio por fe.

Víctor Hugo Quevedo, cuya familia ha sido durante generaciones parte de estas festividades, cuenta que el ashanguero o tiznado, además de representar a los mercaderes es también el esposo de la Mama Negra, el proveedor. (I)

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