Publicidad

Ecuador, 28 de Marzo de 2024
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo
Comparte

El emprendimiento familiar está situado en una vivienda particular en la parroquia Huachi Chico al sur de Ambato

Las cáscaras secas de naranja se vuelven arte en las manos de los hermanos López

Gladys (izquierda) e Inés López (derecha) muestran los objetos artesanales que han conseguido desarrollar en el curso de los últimos 8 años. Los matices y texturas son íntegramente naturales. Derecha: Inés labora en su taller en los acabados de un danzante, uno de los principales personajes andinos, cuya actuación se destaca en las fiestas de Corpus Christi en diversas provincias de la serranía ecuatoriana.
Gladys (izquierda) e Inés López (derecha) muestran los objetos artesanales que han conseguido desarrollar en el curso de los últimos 8 años. Los matices y texturas son íntegramente naturales. Derecha: Inés labora en su taller en los acabados de un danzante, uno de los principales personajes andinos, cuya actuación se destaca en las fiestas de Corpus Christi en diversas provincias de la serranía ecuatoriana.
Fotos: Roberto Chávez / EL TELÉGRAFO
11 de marzo de 2017 - 00:00 - José Miguel Castillo

Ambato.-

La ciudadela El Seminario es un nuevo asentamiento al suroccidente de Ambato en la parroquia Huachi Chico. Las calles pavimentadas y las casas con una arquitectura contemporánea la vuelven un sitio residencial. Al costado de sus bien trazadas calzadas sobresalen los jardines con césped, las verjas y portones de metal y los garajes privados.

En ese ambiente transcurre la vida de las hermanas Inés y Gladys López. En la mesa de centro de su confortable sala con sillones mullidos de cuero se exhiben variopintas artesanías como arreglos florales, muñecos, collares, pulseras, aretes, objetos de barro decorados y cuadros muy singulares.

Hasta allí no hay nada de particular, excepto por un detalle: la principal materia prima de estos objetos —base de su emprendimiento— son las cáscaras de naranja y de mandarina, y diversos granos como el trigo y el café.

Basta con llevarse esos objetos a la nariz para comprobar que se trata de esos cítricos, cuya esencia permanece en las formas y contornos.

Es un negocio familiar

“Este emprendimiento nació de una necesidad. Investigamos que en las artesanías de feria no había propuestas diferentes. Empezamos a ensayar con hojas de maíz, luego con semillas andinas y nos decidimos por los aretes elaborados con piel de cítricos”, explica Inés, mientras sostiene un muñeco de 30 centímetros de alto que representa a un músico que entona una guitarra.

En Tungurahua son muy comunes las ferias artesanales en los 9 cantones, ya sea en Ambato, Tisaleo, Mocha, Pelileo, Quero, Cevallos, entre otros. Usualmente se desarrollan durante las fundaciones cantonales, las celebraciones ancestrales o las fiestas religiosas. De ahí que estos escenarios se vuelven en buenas vitrinas para exponer artículos creativos e imaginar nuevas propuestas.

“La competencia es dura. No basta con hacer excelentes manufacturas y ser creativos. Los objetos deben ser útiles y tener raíces de tradición para mantenerse en el mercado”, comenta Bolívar Bonilla, de 84 años, hacedor de peines y adornos forjados con cuernos de toro en el cantón Píllaro.

Por eso, Inés y su hermana tuvieron que investigar mucho para su microempresa. “Comenzamos con aretes de cáscara de naranja. Después incursionamos con las muñecas, las flores y los temas indígenas y sus personajes como el diablo huma, los danzantes y más”.

Este proceso les tomó un año de práctica para entender el procedimiento de conservación de la cáscara de los cítricos y perfeccionar la elaboración de las muñecas. “En este oficio llevamos 8 años. Tratamos de captar la naturaleza real hecha con semillas, fibras, flores secas, maderas y frutas cítricas como la naranja, la toronja, el limón y la mandarina. Usamos las pulpas y las cáscaras que se secan por varios días. Hay que saber cuándo se pueden utilizar. Si se pasan o se maduran demás ya no sirven”, explica Gladys López.

Los arreglos florales son la especialidad de Gladys. Ella abrió este año la tienda boutique artesanal Ashanka en Huachi Chico, cerca de la Universidad Técnica de Ambato.

Los productos, que se ofertan en diversos escenarios populares por parte de los 4 hermanos López cuestan entre $ 2,50 y $ 20. “La piel de naranja tarda 15 días en secarse y con ese material se hace un arreglo floral en una hora o menos. Podemos embellecer las figuras de cerámica en bruto”, asegura Gladys, quien ha seguido cursos de capacitación en Cuenca y ha expuesto en Loja, Quito y Guayaquil.

Trabajan bajo pedido y sus obras han sido llevadas por turistas extranjeros a EE.UU., Canadá, Letonia, México, Colombia y Puerto Rico. (I)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media