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El Telégrafo
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Las especialidades culinarias completan la oferta turística local, junto con los deportes extremos

La caña de azúcar y mermeladas, insignias gastronómicas de Baños

Cristian Medina, dueño del restaurante Pipo Café, pertenece a la cuarta generación de chefs de su familia.
Cristian Medina, dueño del restaurante Pipo Café, pertenece a la cuarta generación de chefs de su familia.
Fotos: Roberto Chávez / EL TELÉGRAFO
22 de abril de 2017 - 00:00 - Carlos Novoa

Una completa oferta de deportes de aventura, turismo religioso, el zoológico, un volcán activo, cascadas, ríos y fascinantes paisajes encabezan la lista de encantos del cantón Baños, en Tungurahua.

Cada semana al lugar llegan más de mil turistas de diferentes partes del mundo, lo que dinamiza la economía local y contribuye al desarrollo urbanístico local. Sin embargo el ‘pedacito de cielo’, como también se conoce a Baños, también ofrece una particular oferta gastronómica que encanta a propios y extraños.

Pese a no tener un plato típico que identifique a la urbe, como en el caso de Ambato con el llapingacho o Latacunga con las chugchucaras,  en el mapa culinario nacional a este cantón se lo identifica por la venta de caña de azúcar, zumo de este producto y dulces variados.

Entre ellos las deliciosas melcochas, alfeñiques, caramelos, conservas de membrillo, babaco y otros frutos propios del lugar, al igual que mermeladas de diferentes sabores. El zumo de la caña de azúcar es la base de muchos de estos manjares, así como uno de los productos más vendidos en las tiendas.

Víctor Hernández, representante de los comerciantes de caña y derivado en Baños, califica como fundamental la presencia de este comestible en restaurantes locales.

“Es verdad que los turistas llegan con el propósito de probar las disciplinas de aventura, como el canopy, rafting, puenting, columpio extremo, etc. Pero una vez finalizadas estas actividades, ellos complementan su almuerzo o cena con los tradicionales zumos de caña, los cuales también se envasan para su transporte a otras ciudades”.

La cantidad de agua, suavidad de la fibra, alta capacidad de preservación, dulzura y precio accesible, son algunas de las razones por las que este producto se ha convertido en el preferido de los visitantes.

Gran parte de la caña que se expende en el Mercado de Dulces de Baños se cultiva en la parte baja del cantón. También llega de la provincia de Pastaza. Foto: Roberto Chávez / EL TELÉGRAFO

Cultivos de caña

Hernández, quien a diario en su local expende alrededor de 40 libras de caña, explicó que hace más de 60 años el producto es cultivado en la parte baja del cantón, pues ahí la temperatura no desciende de 23 grados, ideal para el crecimiento del tallo, lo que facilita su rápida obtención.

A Baños también llega caña de Mera, San Jacinto y Madre Tierra, poblados de la vecina provincia de Pastaza. Caña pelada, zumo de caña, guarapo (mezcla del jugo con licor puro) y ‘quitamiedos’ (brebaje preparado con mandarina, caña y alcohol) son los productos que más se expenden en el mercado de dulces, ubicado a la entrada del cantón.

Los dulces de membrillo, conservas y mermeladas se expenden en las tiendas y restaurantes de todo el cantón, a precios desde $ 2.

“Sin duda la caña es el producto comestible insigne de nuestro cantón. Su presencia no es reciente, hay registros que demuestran que hace 80 años ya se la bebía para mitigar la sed; desde entonces se empezó a innovar con nuevos manjares dulces, entre ellos la melcocha, otra de las especialidades de Baños”, señaló el alcalde Marlon Guevara.

El amasado de melcocha, una pasta hecha con panela fundida y frutas cítricas, es todo un espectáculo. Tiene lugar a la entrada de tiendas donde los turistas toman fotos y los consumidores la compran mientras está caliente. La caña y derivados, mermeladas y alfeñiques tienen precios desde $ 1 hasta $ 5.

El amasado de melcocha es un espectáculo que se realiza de forma permanente en las puertas de tiendas y almacenes de comestibles del centro de Baños. Foto: Roberto Chávez / EL TELÉGRAFO

Empanadas de sabores mágicos

Si bien la oferta culinaria de Baños es tradicional, en los últimos años se ha experimentado una innovación en recetas típicas a fin de satisfacer el paladar de tan variada población de turistas. Es por ello que en locales como Pipo Café, ubicado detrás de la basílica de la Virgen de Agua Santa, se puede probar platos con curiosas innovaciones.

Cristian Medina, tecnólogo en gastronomía y propietario del establecimiento, explicó la razón del éxito de estas recetas.

“Mi abuela abrió hace 35 años un comedor cerca de la terminal terrestre en el que se ofrecía chocolate con empanadas de trigo. Si bien este local aún existe, yo, la cuarta generación de chefs en mi familia, decidí diversificar los típicos rellenos de las empanadas: queso, carne y pollo, y añadir chocolate, pulpa de babaco, banana y otros 30 sabores que yo los llamo mágicos”.

Gracias al apoyo de la Prefectura de Tungurahua y el Municipio de Baños, en ferias y eventos gastronómicos en todo el país, las empanadas de sabores frutales se han convertido en las preferidas por turistas nacionales y extranjeros. (I)

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