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Los metales pesados son descompuestos

Estudiantes de Espoch recuperan el río Chibunga con bacterias

Un grupo de estudiantes y moradores de las zonas colindantes ayudan a tomar muestras del agua del río Chibunga para luego analizarlas en el laboratorio.
Un grupo de estudiantes y moradores de las zonas colindantes ayudan a tomar muestras del agua del río Chibunga para luego analizarlas en el laboratorio.
Foto: Elizabeth Maggi / para EL TELÉGRAFO
31 de enero de 2017 - 00:00 - Redacción Regional Centro

Riobamba.-

El río Chibunga es uno de los más contaminados de Chimborazo. En él descargan las aguas servidas y la gente arroja animales muertos.

Lo preocupante, según los expertos, es que las personas lo usan para el riego de cultivos. Este afluente proviene de dos vertientes. Una es el río Cajabamba y el otro brazo nace de los desniveles del nevado Chimborazo.

Cuando inicia sus aguas son cristalinas, pero al llegar a las comunidades y sectores industriales toma una coloración oscura.

En ese contexto, estudiantes de la Escuela de Biotecnología de la Facultad de Ciencias de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo (Espoch) iniciaron el proyecto  ‘Biorremediación de lodos contaminados con alta presencia de metales pesados, fertilizantes, pesticidas y la recuperación del suelo’.

Identificaron metales pesados como el cromo, plomo y manganeso que salen de las curtiembres, empresas lácteas, basura, químicos y aguas negras de las viviendas. 

“Parte de los desechos se queda en las orillas. Como el agua se estanca produce mal olor.  Allí tomamos varias muestras para evidenciar el alto grado de metales y también en otros puntos”, explicó Miguel Santillán, miembro del proyecto. Lograron estos datos: 299 ppm (partes por millón) de cromo, 433 ppm de plomo y 82,43 ppm de manganeso. Aplicaron entonces un microorganismo llamado seudomona aeruginosa.

Esta bacteria fue obtenida en aislamiento en un laboratorio. La colocaron sobre el lodo acumulado y vieron que descomponía los metales. “Las bacterias cumplen su función y desaparecen”, acotó Jennifer López, estudiante. Dos meses después volvieron a hacer mediciones.

“La reducción fue notable. El cromo bajó a 149,54 ppm, el plomo  a 216,53 y el manganeso a 41,35”, acotó Slendi Jácome, estudiante de Biotecnología.

Ahora los jóvenes buscan descender los porcentajes a 65, 5 y 16 ppm respectivamente para que el agua sea apropiada para regadío. A la par se concienciará a las comunas. La Espoch asignó $ 80.000 en el diagnóstico final. (I)

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