Con el propósito de no perder la historia riobambeña, la Casa Museo abrió una de las 4 salas destinadas a las piezas patrimoniales de la familia Córdoba Román.

Ellos decidieron donar las reliquias para que los habitantes de la ‘sultana de los Andes’ pudieran observarlas continuamente y aprender de este legado.

Eduardo Córdoba Román abrió las puertas de su museo particular en 1960.

Lo hizo en su vivienda ubicada en las calles Veloz y Juan de Velasco. Este inmueble está considerado como patrimonio cultural del país, pues fue edificado en 1920.

Al ingreso están las bancas manufacturadas en piedra.

En el centro, se conservaba una pileta con detalles propios de los picapedreros.

En el interior colgaban de las paredes varias fotografías de la ciudad, el ferrocarril y su llegada hasta la ciudad de las primicias.

Además, hay retratos de las primeras familias que ocuparon los barrios y de las ciudadelas más elegantes de Riobamba, como Bellavista.

Estudiantes, extranjeros y ciudadanos en general habían visitado este lugar. El propietario era el guía que explicaba con detalle las historia de los artículos y cómo llegaron a formar parte de su vida durante las últimas décadas.

En 2012, a la edad de 85 años, Eduardo Córdoba anunció que las 1.084 piezas que conservaba serían entregadas a la Municipalidad de Riobamba. Esto ocurrió hace 15 meses y ahora son parte de la Casa Museo.

Israel Zambrano, museólogo, explicó el motivo por el cual se demoraron más de un año en exponer al público los objetos patrimoniales.

“Cada uno de ellos representa algo de Riobamba. Por lo que debían estar en secuencia y para hacer esto realizamos un estudio que demostrara las fechas precisas en las que se fabricaron y usaron los objetos y su conexión con la ciudad”, dijo.

Con un emotivo discurso por parte de Anahí Cárdenas, directora de Gestión Cultural, se inauguró la primera sala en el Museo de la Ciudad, ubicado en las calles Primera Constituyente y 5 de Junio.

“Nos sentimos muy felices de que las personas puedan disfrutar de estos objetos que no solo hablan de la vida de los habitantes riobambeños, sino de nuestras raíces y del progreso que se consiguió en el curso de los años”, agregó.

Entre las 30 primeras piezas que se expusieron al público se encuentran fotografías de la primera radiodifusora que existió en el Ecuador.

Se trata de radio El Prado, cuya emisión de prueba se dio el 27 de febrero de 1925 desde la capital provincial.

Además, hay una secuencia de fotografías del ferrocarril y su llegada a la ciudad, el agua potable y el crecimiento demográfico a principios del siglo XX.

Bien cuidada, dentro de una urna de vidrio, se encuentra el primer teléfono de pared que llegó a la ciudad en 1908.
Fue en ese momento que Riobamba contaba ya con el servicio telefónico. En 1919, se expidió una ordenanza que aprobaba la instalación de una planta.

Gonzalo Ruales, miembro de la Comisión de Centro Histórico del Municipio, señaló que se continuará con los estudios para colocar el resto de objetos.

“Sabemos que es una labor ardua y muy exigente, pero esperamos que el resto de salas se inauguren durante el transcurso de este año. Así contaremos con toda la exposición para que la gente pueda disfrutarla”, aseguró Ruales.

Ente los artículos que restan están piezas que datan del año 1700. Asimismo, una colección de libros que fueron escritos en la década de los veinte, y otras gráficas que se encuentran enmarcadas las cuales detallan el reasentamiento de la ciudad y el progreso económico que alcanzó con el apoyo de la banca.