El fallecimiento de Agustín Edwards ha despertado nuevamente en la sociedad chilena, la discusión/reflexión sobre el papel que jugaron los Medios de Comunicación y la Política en la región latinoamericana en la década de los años 70 hasta los 90. Ello, porque el Periódico “El Mercurio”, dirigido por  Edwards junto con otros medios ligados a la derecha tradicional jugaron un rol importante en el golpe del Estado en contra del Gobierno de Salvador Allende.

Es tristemente sabido, que la Cadena empresarial “El Mercurio” que agrupa los periódicos, “La Segunda”, “Las Últimas Noticias”, entre otros periódicos, fueron financiados con millones de dólares por parte del Gobierno Norteamericano quienes auspiciaron no solo sus portadas con titulares que casi siempre no reflejaban la realidad política de ese entonces, sino financiaron además, la complicidad  en las violaciones de los Derechos Humanos ocurridas en el país, una vez instalada la Dictadura de Pinochet.

Unos de los  casos más fuertes en temas de violaciones a los Derechos Humanos y la prensa  tiene que ver con lo que ocurrió en el año 1975, cuyos titulares en el tabloide de “La Segunda” exponían el siguiente encabezado “Exterminados como ratones”, este iba acompañado con noticias que daban cuenta de que los opositores se habían matado entre sí, por disputas políticas internas, ocultando de esta manera, el genocidio cometido por la propia policía secreta de Pinochet que los torturó y posteriormente los asesinó.

La estrategia (montaje) periodística fue liderada por Edwards, en complicidad con otros rotativos editados en Brasil y Argentina respectivamente.

Fueron más de 50 militantes de izquierda, muchos de ellos, hasta el día de hoy son detenidos o están desaparecidos. A ello se suma, además el crimen de Marta Ugarte, militante comunista que después de secuestrarla y torturarla fue arrojada al mar desde helicópteros del Ejército Chileno y una vez encontrada en la Playa, “El Mercurio” publicó este hecho como una muerte pasional.

De igual manera, “los comics”, ocultaron los crímenes de lesa humanidad en contra de opositores al régimen militar que fueron asesinados y sus cuerpos arrojados  a la Embajada de Italia. Ellos hicieron de estas caricaturas, la versión de que fueron purgas internas entre los tantos chilenos/as asilados en la sede diplomática.

Una vez retornada la Democracia en Chile, El Colegio de Periodistas y, después de largas investigaciones judiciales expulsó de sus filas al cómplice más poderoso que tuvo la dictadura sureña. Falleció sin pedir perdón a la sociedad chilena y a los familiares de víctimas de las violaciones de Derechos Humanos.

La muerte de Agustín Edwards instala nuevamente el debate sobre el rol que juegan hoy los medios de comunicación y la política latinoamericana en temas de Derechos Humanos. (O)