En la peculiar manera de trabajar de Muégano Teatro se juntan la cualidad poética de los textos, la mirada polémica, problematizadora, de la realidad y la permanente profundización en los lenguajes del actor. El punto de vista, unas veces irónico y otras filosófico, propone siempre retos a la lectura.

Como en un crucigrama las palabras se entrecruzan y consiguen sentidos inesperados. No obstante, ellas no se realizan como idea sino como acción a ratos trunca, por momentos tartamuda. Nacida de la dificultad para entender el mundo circundante y de la complejidad que entraña comunicar lo incomprendido, esta dramaturgia deja cabos sueltos deliberadamente y propone ser completada por el espectador.

La obra Across de una versus hace parte de esa tradición lúdica y política a un mismo tiempo y aborda las múltiples expresiones de la violencia de género. Escrita a dos manos por Bárbara Aranda y Santiago Roldós, esta propuesta aborda la educación sentimental, la herencia, lo instituido. En escena una mujer joven que es ella y es otra, identidad esquizoide, Frida uno y dos, encrucijada. El cuerpo es el territorio del conflicto. ¿Cómo ser? ¿Cómo actuar? Se trata de una instalación con fragmentos de un mismo dolor absurdo: ¿Cuánto creyón en los labios? ¿Cuánto rímel en las pestañas? ¿Cuán mujer debe ser una mujer?

Bárbara Aranda tiene a su cargo la actuación mientras el propio Santiago y Pilar Aranda asumen la puesta en escena, totalmente minimalista, apenas una estructura para fijar el desasosiego. El verdadero montaje ocurre al interior de la actriz. Su inteligencia le permite comprender en profundidad el complejo reto que la pieza pone en juego. Con precisión va de un lugar a otro, de un matiz a su opuesto, de la catatonia a la catalepsia. Sin embargo, no hay desorden en su trabajo, su mirada activa conduce el proceso de inmersión en sí misma. Ariadna es el hilo y es también el laberinto, el Minotauro, Teseo, Dédalo y las alas de Ícaro. Cuerauáperi, diosa madre purépecha, es responsable de la fertilidad y de la calamidad. Freud es la histeria, el sueño, el diván y el deseo de encontrar la salida, la interpretación. Lo latente y lo manifiesto son un mismo enigma: el deseo de escapar, de esquivar el próximo golpe. 

Una mujer frente al espejo, confrontada con ella misma y con los tantos estereotipos que hacen parte de su biografía íntima usa el teatro como exorcismo o como terapia. Aquí vive su propio reality, aquí se empodera y se derrumba, fracasa y triunfa. Atrapada y sin salida, aquí, en escena, se expone, muestra su fragilidad y su fuerza, perturba y conmueve. (O)