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Después de dos años inactivo, el nadador volvió

Phelps, el mito que agrandó su leyenda en Río

Phelps, el mito que agrandó su leyenda en Río
Foto: AFP
24 de agosto de 2016 - 00:00 - Redacción Fanático

En la natación olímpica habrá un antes y un después de Michael Phelps. El legado que dejó el norteamericano en los 5 Juegos Olímpicos en los que participó parece difícil de superar o incluso de igualar, luego de las 28 preseas que sumó: 23 de oro, 3 de plata y 2 de bronce. Anunció que los de Río de Janeiro serían sus últimos Juegos. Con 31 años y un historial rodeado de récords, el “Tiburón de Baltimore” asistió a Brasil con la intención de agrandar su leyenda y no decepcionó.

Sumó 6 medallas más a su palmarés; de ellas, solo una de plata. Quien impidió que consiga el oro en los 100 metros mariposa, no era otro que Joseph Schooling de Singapur, que hace 8 años se había hecho una foto con el ídolo de su infancia y en 2016 cortó su racha de oros. Pero más allá de incomodarle, Phelps solo tuvo palabras de felicitación para el asiático. “¿Cuatro años más?”, le preguntó el joven de 21 años. “De ninguna manera”, le respondió Phelps.

Schooling se quedará con las ganas de competir nuevamente con su ídolo y el mundo ya no podrá ver en Tokio 2020 al mejor de la historia. Incluso había anunciado su retiro luego de Londres 2012, pero desistió de hacerlo y compitió por última vez en Brasil.

Después de los Juegos londinenses, Phelps se desorientó. Rompió la relación de 5 años con su novia Nicole Johnson, se dedicó a la bebida, lo detuvieron 2 veces por conducir en estado de ebriedad y lo condenaron a 6 meses de desintoxicación en un centro de rehabilitación. En ese tiempo dejó de nadar y mientras más lejos se encontraba del agua, mejor.

Pero encerrado en ese centro recapacitó sobre el rumbo de su vida. Primero se reconcilió con su padre Fred, con el que no se hablaba hace años y llamó a su entrenador de toda la vida, Bob Bowman; tenía claro que quería volver a nadar. Pero le faltaba una motivación adicional y la buscó en su expareja, Nicole, con la que volvió después de mucho tiempo sin hablarse. Así reordenó su vida, pues encontró tranquilidad consigo mismo y se rodeó de la gente más importante para él. Completó el rompecabezas el nacimiento de su hijo Boomer en mayo de este año, justo a las puertas de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

“Michael está con los pies en el suelo. Está cuidándose muy bien y desde luego, tiene muchas cosas más de qué ocuparse, aparte de la natación y de los entrenamientos. Está su hijo; el niño ha cambiado su vida y su forma de mirar las cosas”, dijo Bowman. Lejos del deporte de alta competencia, Phelps se dedicará a su familia y continuará con la fundación que lleva su nombre, que se enfoca en enseñar a los niños a ser activos y saludables, siempre con un enfoque en la natación.

Después de ganar el oro en relevos 4x100 combinado, Phelps puso fin a su carrera en el Centro Olímpico de Deportes Acuáticos. (I)

Lea mañana: la historia de la gimnasta Simone Biles (EE.UU.), ganadora de 5 medallas.

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