La Procuraduría General de la República inició de oficio la investigación sobre el secuestro de Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo del recapturado capo Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, junto con otros cinco hombres en un exclusivo restaurante del balneario de Puerto Vallarta, Jalisco (oeste), bastión de un sanguinario cártel identificado como responsable del plagio.

Guzmán Salazar, de 29 años, es hijo de ‘El Chapo’ y de María Alejandrina Salazar Hernández. Es tres años menor que Iván Archivaldo, este último asumió junto con Ismael Zambada García, ‘El Mayo’, el control del cártel del Pacífico tras la recaptura de su padre.

Es apodado ‘El Alfredillo’ y en 2009 la DEA lo acusó de tráfico de drogas para lo que utilizaba desde lanchas hasta aviones de carga Boeing 747 y submarinos. Los medios mexicanos aseguran que en las redes sociales compartió imágenes de la buena vida que se daba, incluyendo fotos de sus viajes por Dubái, Singapur, Londres y China. Una media docena de autos lujosos quedaron abandonados en el estacionamiento del restaurante donde fue secuestrado.

El fiscal de Jalisco, Eduardo Almaguer, confirmó que los siete plagiadores pertenecen al grupo delictivo ‘Nueva Generación’.

El secuestro de Jesús Alfredo Guzmán se suma a una serie de presuntos ataques contra familiares del jefe del cártel de Sinaloa en dos meses, el más reciente el asesinato de dos jóvenes que, según medios, serían sus sobrinos políticos.

‘El Chapo’ ya perdió a uno de sus hijos, Édgar Guzmán, asesinado en mayo de 2008 en el estacionamiento de un centro comercial de Culiacán, y a su hermano Arturo Guzmán, ‘El Pollo’, ultimado en el penal de La Palma en diciembre de 2004. Desde mayo, el narcotraficante permanece en la cárcel de Cefereso, en Ciudad Juárez. (I)

La guerra de los carteles alcanza a familias de narcos

Masacrar a familias enteras es una estrategia creciente de carteles de narcotráfico en su lucha por controlar zonas de tráfico de estupefacientes.

Especialistas creen que es una táctica para amedrentar a grupos rivales, pero también para controlar a las comunidades en los territorios donde operan, según publica el portal BBC Mundo. Los actos de brutalidad extrema, entre ellos eliminar familias enteras, tienen una lógica”, dice el analista de seguridad Alejandro Hope. (I)