Tras tomar el control de Zimbabue y confinar al presidente, Robert Mugabe, las Fuerzas Armadas afirmaron ayer que hay progresos para salir de la crisis política. Después de estas declaraciones, el mandatario, que está bajo arresto domiciliario, reapareció en un acto público.

El mandatario presidió una graduación en una universidad de la capital, su primera aparición pública después del levantamiento, pese a que los militares mantienen el control del país.  

Mientras que, altos cargos del partido del gobierno, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico,  se reunieron ayer con el fin de preparar una resolución para destituir a Mugabe, ante un posible juicio político la próxima semana en caso de que se niegue a abandonar el poder.

Por otra parte, el exvicepresidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, destituido el pasado 6 de noviembre por Mugabe, regresó a Zimbabue.

La expulsión del vicepresidente -incondicional del partido y veterano de guerra que figuraba en todos los pronósticos como sucesor del actual presidente- sería el principal detonante de la crisis.

Con Mugabe confinado en su residencia, el Ejército arrestó a otros tres ministros afines a las aspiraciones políticas de la primera dama, Grace Mugabe, quien sonaba como candidata a vicepresidenta. (I)