Unos 1.800 militares y policías brasileños irrumpieron ayer en varias favelas de Río de Janeiro para desbaratar bandas de robos de cargas, convirtiendo a varios sitios de la ciudad en verdaderas zonas de guerra.

Apoyados por helicópteros, los ‘uniformados’ participaron en el despliegue en 4 barrios pobres, a menudo controlados por bandas de narcotraficantes, de las zonas norte y oeste de la ciudad, dijo la Secretaría de Seguridad del Estado de Río.

La operación, apodada ‘Onerat’ busca a 40 responsables de robos de camiones de carga, un flagelo más de este estado al borde de la bancarrota, azotado por la corrupción, las guerras entre bandas de narcotraficantes y las ejecuciones perpetradas por milicias parapoliciales.

Las autoridades publicaron en internet las fotos de 15 de las personas buscadas en la favela de Lins y ofrecieron $ 320 de recompensa por su captura.

El anuncio solicita “información sobre escondites de armas, localización de bandidos, cargas robadas, puntos de venta de droga y vehículos robados”. Además  promete el anonimato para los denunciantes.

Todas las personas que salían del lugar eran sometidas a controles de identidad y cacheos.

Los residentes se despertaron por la irrupción de las tropas. “Hay un ambiente de tensión y miedo. Casi nadie consigue ir a trabajar”, dijo Vanuza Barroso da Silva, dependiente de un supermercado. (I).