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El Telégrafo
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Mauricio Macri se frota las manos con un peronismo dividido

La expresidenta Cristina Fernández y su el exministro de Trabajo, Florencio Randazzo, se enfrentarán en las urnas.
La expresidenta Cristina Fernández y su el exministro de Trabajo, Florencio Randazzo, se enfrentarán en las urnas.
Foto: El Granero del Sur
03 de julio de 2017 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Argentina

El peronismo, ese movimiento de masas que engloba todas las tendencias ideológicas bajo el mismo pensamiento de su fundador, Juan Domingo Perón, volverá a ir dividido a elecciones en Argentina. La cita es el 22 de octubre para unos comicios legislativos de medio término que serán cruciales para el futuro no solo del peronismo, sino también del gobierno del presidente Mauricio Macri.

Por un lado, estará la llamada Unidad Ciudadana bajo el ala protectora de la expresidenta y flamante candidata a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires, Cristina Fernández de Kirchner. Por el otro, el llamado peronismo renovador –un grupo de poder interno conformado mayoritariamente por exkirchneristas desencantados-  liderado por Sergio Massa, un exjefe de gabinete de Cristina, para conformar la alianza 1 País junto al partido Generación para un Encuentro Nacional (GEN, centroizquierda) de Margarita Stolbizer. Y más allá, el Frente Cumplir, de otro exministro kirchnerista, en este caso de Transporte e Interior, Florencio Randazzo.

La pregunta surge entonces inevitable: ¿quién se beneficia por esta nueva dispersión del voto popular? El analista político y director de la consultora Nueva Mayoría, Rosendo Fraga, responde que el hecho de que “el peronismo esté dividido en tres (...) es una ventaja para el oficialismo, que le puede permitir ganar como primera minoría con algo más de un tercio de los votos”.

Según los sondeos que manejan distintas consultoras, las diferentes variantes del peronismo sumarían en conjunto alrededor del 60% de los votos, pero divididos corren serio riesgo de derrota ante la alianza conservadora Cambiemos, lo que podría alivianar el camino de una hipotética reelección de Macri en las elecciones de 2019.

La “madre de todas las batallas” se dará en la provincia de Buenos Aires, donde vota el 40 % del padrón electoral. Quien gane allí será entronizado como el vencedor de las elecciones legislativas más allá del resultado que las distintas fuerzas logren en el resto del país.

Cristina Kirchner, Sergio Massa y Florencio Randazzo irán los tres como primer candidato a senador nacional. La provincia de Buenos Aires elige a dos senadores para el vencedor y uno para la segunda minoría. Por el oficialismo, el postulante es el ministro de Educación nacional, Esteban Bullrich. Además del Senado, se renovará la Cámara de Diputados, pero todos los ojos estarán puestos en esos cuatro “pesos pesados” de la política argentina.

El mayor perjudicado por esta dispersión es sin dudas el “kirchnerismo” que dejó atrás su Frente para la Victoria para conformar la alianza Unidad Ciudadana. Hasta último momento intentó sumar a la fuerza del exministro Randazzo, pero se topó con una condición: dirimir las disidencias en las próximas Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) previstas para agosto. Pero la expresidenta se negó a competir con su antiguo subordinado y argumentó que era hora de la unidad y no de mostrar desacuerdos internos en campaña.

El resultado es conocido: Randazzo rompió con Cristina y lanzó su propia candidatura al Senado. El caso de Massa es más complejo. Se distanció en 2013 del “kirchnerismo” y se convirtió desde entonces en un férreo opositor a la expresidenta. Incluso, desde la asunción de Macri, le posibilitó al gobierno una tranquila gobernabilidad al acompañar sus proyectos más emblemáticos en el Congreso, como el arreglo con los “fondos buitres” por la deuda externa impaga desde la crisis de 2001.

¿Y qué dicen las encuestas? Cristina reúne entre el 30 % y el 33 % de los votos, aunque tiene una fuerte imagen negativa que le acorta mucho su techo. Massa araña el 20 % y Randazzo se debate en un lejano 6%. Bullrich se sitúa entre 25 % y 30 %.

Pero los votos que Randazzo le quita a Cristina podrían ser fundamentales en las elecciones de octubre. Con ese porcentaje, según creen analistas, la expresidenta podría alcanzar un triunfo holgado frente al candidato oficialista Esteban Bullrich. Pero sin esos votos, corre riesgo de llegar en segundo lugar detrás de la alianza Cambiemos, lo que significaría un golpe durísimo para la oposición y un canto de sirenas para el gobierno macrista.

Este 22 de octubre se elegirán 24 senadores nacionales (tres de ellos en la provincia de Buenos Aires) y 127 diputados. Pero la política argentina solo tiene ojos para el distrito bonaerense.

Para Fraga, “la historia muestra que en este tipo de elecciones legislativas de medio mandato, ganar o perder la elección es ganar o perder la provincia de Buenos Aires. No hay segunda vuelta y un voto define el resultado”.

“La gran novedad –agrega el analista-, es que por primera vez en cuatro elecciones bonaerenses de medio mandato, la puja por el primer lugar no se dará entre dos facciones del Peronismo, sino que será entre una opción no-peronista (Cambiemos) y otra proveniente del Peronismo (probablemente Unión Ciudadana), encabezada por la ex pesidente Cristina Fernández de Kirchner”.

¿Y qué hará Cristina para evitar una caída? Fraga responde: “Como es su contante, se modera en campaña. Está haciendo hoy lo que hizo en las presidenciales de 2007 y 2011. Cuando gobierna y hace política confronta, cuando está en campaña seduce”.

“Los escenarios –concluye Fraga- serán diferentes si el 22 de octubre Cambiemos ha ganado o perdido por un voto la provincia de Buenos Aires. Si la gana, se instalará la percepción de que Macri gobernará un ciclo de ocho años. Si la pierde, de que será solo de cuatro, aunque las cosas después puedan ser diferentes. Y para Cristina, ganar es avanzar sobre su candidatura presidencial para 2019. Si pierde, buscará atrincherarse en el Senado con un bloque propio para seguir existiendo”. (I)

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